La ciudad de la lluvia

Al principio no sabía qué pensar. Muchos personajes, un abogado escribiéndome una carta avisando de que van a matarlo... ¿Pero quién es ésta gente, de quién huyen? Y lo más importante; qué conexión existe entre el Berlín nazi y la ciudad de la lluvia, que no es otra que Bilbao en los años ochenta.
En sus capítulos escritos en pasado, nos situamos en un Berlín lleno de traiciones y negocios fraudulentos. Alguien dice poseer una máquina de encriptación superior a nada que el III reich haya manejado antes. Ese misterioso personaje responde al nombre de El Extranjero, y será el principal enlace entre ambas épocas. ¿Y quién es él? Pues esa es la gracia, que nos toca a nosotros descubrirlo.
La novela también rescata sombras de uno de los episodios más misteriosos y desconocidos de la II guerra mundial, que de algún modo es el telón de fondo de todo lo que sucedió en Berlín y que, ahora, está derivando en trágicas consecuencias. Todas las personas que aparecen en una foto están muriendo en trágicas circunstancias. Parecen suicidios, pero es demasiada casualidad.
Alain Lara, futbolista del Athletic Club, es el primero en sospechar de estas coincidencias y por ello decide reunirse con María Abearsturi, hija de otra de las víctimas. Juntos comienzan a investigar las circunstancias que rodean a estas muertes y no tardarán en descubrir que están envueltos en medio de un complot de lo más siniestro.
Junto a ellos, tenemos a personajes como Lucas Bieda, policía investigador del caso, o el abogado del que ya os hablaba al principio de la reseña. David Schaffer. Es, posiblemente, el mejor abogado del mundo. Y se jacta de ello, por supuesto. Para David su profesión lo es todo, hasta el punto de haber dejado escapar al que podría ser el amor de su vida al poner por delante los negocios.

Además de un fiel retrato del Bilbao de los años ochenta, la novela incluye muchos guiños al mundo del fútbol e incluso recreaciones reales de partidos o inclusiones de personajes que todos podremos reconocer. Por otra parte, y dada la profesión de algunos de sus protagonistas, nos sumerge en el mundo de la abogacía y muchos de sus entresijos.

Me ha gustado mucho un mensaje recurrente que hay en la obra, sobre el éxito. Te habla de la diferencia entre el que ambiciona alcanzar el éxito y el que, por contra, teme al fracaso. Son dos perfiles que encajan a mi parecer con los de sus protagonistas, Schaffer es sin duda el hombre ambicioso que no soportaría caer y tanto Bieda como Lara huyen de la derrota, pero no porque quieran ser superiores al resto, tan solo porque son fieros luchadores. Esto, desde luego, define muy bien sus ideales y valores morales.

Aunque otro punto a favor del libro es una sutil técnica con la que nos ayuda a profundizar mucho mejor en sus personajes. al principio de cada capítulo, hay unas pocas líneas robadas de la boca de alguno de ellos. Siempre intensas, con un mensaje poderoso que nos define bastante bien en qué está pensando el personaje en cuestión (Y muchas veces, se trata del protagonista del capítulo al que preceden). Sencillo y efectivo. No se pasa páginas hablándonos de su personalidad ni dando interminables explicaciones, sino que nos entrega pequeñas pistas a lo largo de toda la novela. Un detalle que me ha maravillado, sin duda. Soy de las que huyen por patas cuando una descripción no parece tener fin.


Sombras y luces. Eso es lo que arroja "La ciudad de la lluvia", un bellísimo homenaje a Bilbao donde encontramos lo mejor y lo peor del ser humano, una dualidad donde, generalmente, siempre gana una de sus partes.
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