La biblioteca de los sueños imposibles

Brutal. Menuda maravilla. Me ha encantado y me ha hecho sentir con una intensidad increíble. de cabeza a mis lecturas favoritas del año.

Esta es la historia de Animant, una joven acomodada que vive en el campo y dedica todo su tiempo libre a leer, al menos cuando su madre no la obliga a ir de fiesta en fiesta para buscar un marido que ella no quiere. al sentirse cada vez más atosigada, Animant acepta un puesto de asistente de bibliotecario en Londres. La parte positiva es que así se alejará de su madre, al menos durante un mes. La parte negativa es que Animant no ha trabajado en su vida y que el bibliotecario para el que va a trabajar es un hombre arisco al que los asistentes no le duran más de una semana.

La vida de Animant en Londres va a ser muy diferente a lo que está acostumbrada, y para ella va a suponer una gigantesca oportunidad de crecimiento personal. Me ha gustado como protagonista porque es increíblemente real y humana, lo que significa que tiene unos cuantos defectos. Pero una de las mejores cosas de esta historia es que Ani se va percatando poco a poco de esos defectos por las nueves situaciones en las que le pone la vida, o al identificar sus propios defectos como un rasgo molesto en otras personas, y aprende a mejorar y a ponerles remedio.

Es un personaje con el que me ha resultado muy fácil identificarme, no solo por su amor por los libros, sino porque es una joven que intenta hacerse un hueco en el mundo, valerse por sí misma mientras se mantiene fiel a sus ideas y deseos y que a lo largo de la historia gana la madurez necesaria para conseguirlo.

Animant evoluciona de una manera estupenda, ya no solo por tener que trabajar por primera vez en su vida y que ese hecho la obligue a esforzarse y ponerse a prueba como nunca antes, sino porque en Londres se encuentra con realidades con las que no había entrado en contacto hasta el momento: lo difícil que es para una mujer lograr independencia (se sitúa en la época en la que algunas mujeres empezaban a poder estudiar, pero no se les permitía ni entrar en la biblioteca), el antisemitismo, la pobreza, etc.

La relación romántica también ha sido una de mis partes favoritas del libro. Es un amor de esos que se desarrollan a fuego muy lento, por por dios, os juro que literalmente me ha hecho sentir mariposas en el estómago, es que me ponía nerviosa con las escenas. He sentido cada pequeño avance con una intensidad que hacía tiempo que no sentía.

Además, como no, me ha fascinado aprender cómo funcionaba una biblioteca en el siglo XIX: el sistema de clasificación y de préstamo, algunos inventos que facilitaban el trabajo...

Es una historia muy bien escrita, con una pluma delicada pero sin llegar a resultar recargada que permite pasar las páginas sin apenas darte cuenta. Ojalá hubiera durado más, ojalá hubiera continuación.
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