La biblioteca de los sueños imposibles

Lo voy a decir rápido a ver si así duele menos: “La biblioteca de los sueños imposibles” es posiblemente el peor libro que he leído en años.

Hacer reseñas negativas es algo que no me gusta nada porque significa que he invertido tiempo en leer un libro que no he disfrutado. Sin embargo, me ha sorprendido mucho porque este libro tiene unas valoraciones espectaculares, por ello, esta reseña es también un llamamiento a aquellas personas que lo hayan leído ya. ¿Te gustó? Por favor, cuéntame por qué. ¿No te gustó? Por favor, seamos amiguis.

La decepción número 1 llegó cuando me di cuenta más o menos al 20% de la historia que había sido engañada. Os cuento, en la portada (preciosa, por cierto) aparece la siguiente frase “Una joya para todos aquellos que alguna vez soñaron con tener un rincón propio repleto de libros y sueños”. Esa frase fue me invitó a imaginar un tipo de historia llena de libros, quizá algo de aventura, una pizca de romance… no sé y ¿con qué me encuentro? Una novela romántica 100% y no de las buenas. Llamadme loca, pero me esperaba otra cosa con esa descripción.

Para seguir comentando, necesito hablar poquito del argumento. Ambientada a finales del siglo XIX, esta novela nos presenta a Animant Crumb es una joven apasionada por los libros que decide irse a trabajar a Londres como asistente de un bibliotecario para huir de su madre que solo pretende casarla. Hasta ahí todo bien. ¿Problema? La protagonista es lo más incoherente que he visto en mucho tiempo. En una página se presenta como mujer independiente, moderna, con ideas feministas y a la siguiente su comportamiento demuestra todo lo contrario. Y así, durante todo el libro. Es bastante desesperante.

También, la autora nos repite las cosas una y otra vez. Mirad, no es un libro tan complejo para perderse. El lector no es tonto, y por tanto se hace pesado. También este libro junta absolutamente todos los clichés románticos que os podáis imaginar, uno tras otro. ¿El resultado? Una novela floja y completamente predecible.

Lo peor ha sido descubrir que en la contraportada comparan a Animant Crumb con Jane Eyre. Perdón, pero ME OFENDE. Marketing si, mentir descaradamente NO, por favor.