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Conocer a "la niña de las bambas" y al "cararrajada" ha sido una experiencia que me ha hecho disfrutar mucho de la lectura de sus aventuras. Sólo ellos, con sus arrolladoras personalidades, pueden hacer que casi 1000 mil páginas se te hagan tan breves que necesites seguir leyendo más. Porque sí, me he quedado con ganas de leer lo bueno de su relación (como menciona la autora en su nota de agradecimiento), porque sí, el salseo, la parte mala es la que vende, la que interesa más, pero necesito seguir descubriendo como se transforman poco a poco para poder convivir y mantener esa relación que tanto les ha costado empezar. Como bien dice Eleanor, no se les debe tomar como ejemplo en cuanto a la toxicidad que muestran en la relación, pero creo que sí debe hacerse en cómo luchan para intentar dejar esa toxicidad atrás, aunque sólo sea por su propia paz mental. Conocer a Airam y Maday también me ha encantado, saber como esa historia de lo que puede ser y no fue hasta que pasaron los años por no hablar las cosas a su debido tiempo, me recuerda (otra vez) la importancia de la comunicación en pareja. Para terminar, la familia Oramas ha sabido conquistarme con todas y cada una de esas personalidades haciéndome ver como una familia puede ser tan diferente y a la vez tan igual, aunque no haya logrado empatizar del todo con algunos de ellos. El Chozo Oramas tendrá siempre un hueco en mi corazón, en concreto ese sótano que tantos momentos ha vivido entre sus paredes. Enlace: https://elclubdeloslectoresr.. |
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