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Nos adentramos en la nave Fortuna, donde, por una parte, hay una planta con personas que han sido criogenizadas para despertar trescientos años más tarde en un nuevo planeta considerado habitable y, por otra, los habitantes de la nave. Dentro de ella Eldest es el jefe, junto con Elder, el aprendiz que le sucederá cuando este fallezca. La sociedad está perfectamente organizada y no duda nunca de lo que dice su comandante, hasta físicamente son similares. Todo cambia cuando Amy es despertada antes de tiempo y casi asesinada, de no ser porque la encontraron antes de ahogarse en su cápsula. Los capítulos alternan entre Amy y Elder, de modo que acabamos conociendo a ambos y vamos viendo su evolución, sobre todo la de Elder. Al principio ni el argumento ni los personajes me llegaban a gustar, me resultaba una lectura densa en la que realmente no sentía que pasaba mucho, pero a partir de las página 150 aproximadamente cambió por completo mi percepción: la mayoría de capítulos terminaban con un giro que te empujaba a ir descubriendo más. La investigación para descubrir quién es el asesino es lo que predomina en el libro, además de presentar cómo funciona la vida en la nave. La historia de amor pasa a un segundo plano (cosa que me sorprendió). |
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