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Este libro llegó a mi como un regalo. No sabía muy bien que esperar de él. La persona que me lo regaló sabe bien lo mucho que me atrae una portada llamativa, así que, sin saber más de él, me adentré en su historia. Lo devoré. En 24 horas había leído el libro completo sin darme cuenta. La maravillosa escritura de Harriet Reuter Hapgood irradia color en una historia fascinante sobre las secuelas de la tragedia y el poder de la confianza en uno mismo y el amor. La historia trata sobre Minnie Sloe y sus hermanas, todas ellas, y al igual que su madre, artistas en distintas disciplinas. Su madre una famosísima escultora con altibajos mentales desaparece un día, Minnie, quien se suponía que debía seguir sus pasos, comienza a ver el mundo en blanco y negro. Literalmente. ¿Cómo puede crear arte cuando todo lo que ve es en blanco y negro? Cuando el dolor amenaza con separar a las tres hermanas, Minnie teme perderlo todo: su familia, su futuro, su primer amor... y tal vez incluso su mente... He disfrutado, he llorado, he aprendido, he identificado cada color con Minnie, me he enamorado, y he sanado. He dado cada paso con todas ellas y me ha encantado. Es de esos libros que sé que quiero releer en algún momento, porque lo he disfrutado en cada página. Mi manera de escoger lecturas no será la más efectiva, pero a veces me lleva a encontrar perlas como esta. No he visto reseñas de este libro, nadie que lo recomiende o que lo tenga en su estantería y sin embargo, para mi, ha sido, y será, una de mis mejores lecturas del año. |
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