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Leí hace mucho este libro, y tras ver reseñas de esta autora de otros libros, he decidido volver a releerlo otra vez. Hay quien dice que es digna sucesora de Agatha Christie, pues desde mi punto de vista, con este libro rotundamente no. Novela con buen argumento, te atrapa enseguida al principio, pero la intriga y el misterio se va disolviendo, simplemente novela entretenida. Poco rock&roll. En líneas generales, trata de las investigaciones del inspector jefe Wexford, sobre desapariciones de adolescentes, que aparecen al cabo de días en perfecto estado, sin recordar nada de lo ocurrido, hasta que desaparece una niña de tres años. Si a esto se añade, unos vecinos problemáticos, en el barrio humilde de Kingsmarkham, todo un polvorín de relaciones sociales. Además, vuelve a su entorno, el pedófilo Thomas Smith, después de cumplir su condena. Esta situación es insoportable y ocasiona un motín, motivado por unos cabecillas manipuladores, llenos de odio y rencor. Como un simple rumor inventado e imaginario, crea una realidad paralela, pura manipulación social, y estalla en un conflicto social. Quieren tomarse la justicia por su cuenta. Pero toda acción tiene sus consecuencias. ¡¡¡ Que frágiles son las flaquezas del ser humano ¡!!. Con todos estos ingredientes, el inspector Wexford, pacientemente va desangrando la trama principal, y resuelve los diferentes casos de forma coherente y de manera minuciosa. Va jugando entre el Derecho y el Castigo. ¿Dónde está el límite?. Este es el quid del relato, donde nos quiere llevar la autora. |
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