Pensar como un iceberg

¿Qué sabemos o qué imaginamos de los icebergs más allá de las escasas y redundantes noticias sobre el cambio climático y sus efectos? Es difícil que encontremos en nuestro imaginario colectivo más datos sobre su presencia (o ausencia) que no sean aquellos que se refieren al hundimiento del Titanic y a la prueba fehaciente de que su derretimiento nos lleva siempre al mismo punto incómodo: aquel que tiene que ver con nuestro paso por el mundo y la huella que dejamos en él.

El discurso de la culpabilidad es un broche en nuestra conciencia que con gusto engarzamos en nuestro pecho, siempre al lado contrario del corazón. Una tramoya hueca en la representación teatral de nuestra preocupación por la deriva de la humanidad. Una humanidad que de pronto (y solo cuando es consciente del daño que va a sufrir) tiene en cuenta a las sociedades (humanas y no humanas) que están más allá de donde apunta nuestra vista.

Los icebergs son mayormente concebidos como un paisaje casi místico, sublime, un decorado aterrador en el que hacer resonar el eco de una soledad congénita e inherente al enfrentamiento del ser humano con aquello que es incapaz de conquistar.

¿Sienten los icebergs, piensan, les afecta nuestro comportamiento, se fracturan por el alcance de nuestros actos, por nuestra osadía al plantarnos delante de ellos y pretender reducirlos a una masa inerte de hielo?

Tras todas estas reflexiones, la primera y la más subyacente sensación tras y durante la lectura de este texto es el respeto con el que está concebido, escrito y, por qué no decirlo, traducido.

Olivier Remaud nos regala un ensayo filosófico, poético, histórico, político y sociológico sobre la figura viva de los icebergs, los glaciares y la banquisa polar. Un libro único que nos hará cambiar la perspectiva tras conocer algunos hechos insólitos sobre los icebergs como las rotaciones sobre sí mismos, sus lenguajes, advertencias, colores y formas.

Más que paisajes, más que rocas heladas, son auténticos y milenarios testimonios sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestro planeta. ¿Aún no quieres escucharlos?


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