Una mujer aparece muerta en un patio de vecinos. Cuando el inspector Cobos y su nuevo compañero, el joven y apocado Ortega, se presentan en el lugar de los hechos, se dan cuenta inmediatamente de que no fue un suicidio. El disparatado vecindario guarda muchos secretos, y casi todos mienten. Este libro de apenas cien páginas me ha resultado muy entretenido y fácil de leer. Es como si en La que se avecina o Aquí no hay quien viva se cometiera un asesinato. Los personajes son muy reconocibles, muchos incluso coinciden los nombres. A pesar de que hay unos asesinatos y unas investigaciones es un libro con el que se me ha escapado alguna carcajada. Un libro entretenido sin más. |