Cien razones para odiarte

La novela comienza con el despertar de Elena después de la desenfrenada boda de su mejor amiga. Para su sorpresa no se encuentra sola en su cama, al otro lado se encuentra su peor pesadilla hecha hombre…
A partir del momento en el que ambos se despiertan comienzan los tiras y aflojas entre ella y Marcos por ser algo más que enemigos y también los tira y afloja dentro de la propia Elena para evitar que su cuerpo traicione a su mente y que su corazón la traicione por completo.
Pero Marcos, que es un autentico amor y calavera, la tiene completamente calada y sabe donde pulsar y como abordarla para hacerla caer en un renuncio.
Al final llegan a un acuerdo, estarán juntos el tiempo que él se quede en España. Pero cada día que pasan juntos, Marcos va echando a bajo las razones que Elena tenía en su interior para odiar a Marcos.

La novela es muy entretenida y engancha bastante al principio. Se supone que son una pareja que pasa de enemigos a amantes, pero en el libro la parte de enemigos no llega a materializarse del todo. Es más que sabes por ellos mismos que se llevan mal más que por lo que demuestran.
Elena tiene un carácter fuerte y cuadriculado, si ella no contempla el amor en su vida no puede enamorarse, eso hace que su desliz con Marcos desbarate varios de sus planes y la ponga más nerviosa de lo que la presencia de Marcos la pone ya de normal.
Marcos y Elena tuvieron muchos roces en su juventud, esos roces que tuvieron por una mala etapa de él que pago con ella sin querer, hacen que Elena lo tenga como la mala persona que no es, pero desde hace tiempo no le ha dado la oportunidad de resarcirse de todas esas acusaciones.
Además, cuando la novela entra en terreno sexual, todo gira a ese tema y se hace un poco cansado y repetitivo. A través de eses escenas, a veces, también conocemos a los personajes pero es que hay muchas escenas que parecen más por relleno que necesarias en la novela.
Y por eso se lleva las tres estrellas y media, porque no me parece un enemies to lovers y tiene exceso de momentos sexuales que no me parecen necesarios para la trama.