El bosque de las cuatro preguntas

Todo lo que hacemos en nuestro día a día tiene consecuencias. En otras personas y en nuestro entorno. A veces nuestros actos repercuten incluso de forma global. No tiene porque subirse a un árbol para salvar la selva. Ya estaría ayudando a no comprar productos fabricados con árboles de la selva, como por ejemplo muebles de madera tropical o alimentos con aceite de Palma.

En nuestro interior hay dos rivales, la brújula interna y aquello que nos presiona. La primera es nuestra voz intuitiva, que nos dirige y sabe lo que es bueno para nosotras. Lo que presiona en nuestro interior son frases que hemos oído miles de veces a lo largo de nuestra vida y que siempre damos por ciertas. Son frases que nos han dicho nuestros padres, profesores, vecinos e incluso puede que nuestros amigos. Este tipo de afirmaciones nos hacen mucho daño. Por eso nos repetimos una y otra vez. Nos lo decimos tantas veces que esas creencias calan en nosotr@s y a menudo les damos más peso que a nuestra brújula interior.

Cuanto más me escuchaba a mi misma, más rápidas y claras llegaban las respuestas.

Rara vez pensamos en lo que tenemos, pero a menudo nos acordamos de lo que nos falta.

No era consciente de la jaula en la que estaba y que me impedía disfrutar de la libertad

No era consciente de la jaula en la que estaba y que me impedía disfrutar de la libertad

Quien siga su brújula interior, llegará con los ojos cerrados