Un libro hermoso, eso no puede negarse. Me cuestioné en ciertos momentos si realmente es una obra para niños. Recuerdo que mi hermano lo leyó mucho antes de que yo siquiera lo denotara, a él que era un niño sensible e imaginativo le encantó. Por mi parte, hoy estoy más dispuesta a disfrutar de esa prosa poética. Las experiencias de vida también me han llevado a valorar aún más ese amor y relación entre el niño-joven con aquel que más que un animal o mascota, era su amigo fiel. Lo cierto es que en Platero se personifica los amores, miedos, anhelos, recuerdos y todos los sentimientos que se desarrollaron entre el niño y su burro, y a decir verdad, es lo que cada ser humano también ha experimentado con una o más personas, animales u objetos en su vida. Motivo por el cual, es muy significativo para todo aquel que lo lea, o al menos en ciertas circunstancias especiales. Una lectura para disfrutar cuando realmente estes dispuesto a ello. |