Todos somos villanos

«Todos somos villanos» es la historia de un grupo de amigos y estudiantes de artes escénicas en el Conservatorio Clásico de Dellecher.
El libro se divide en varios actos con escenas (como una obra de teatro). Cada acto comienza con un prólogo (que transcurre en el presente ) mientras que en las sucesivas escenas el narrador, Oliver, uno de los amigos, va narrando qué sucedió hace 10 años hasta llegar al punto de ser encarcelado.

Desde el primer momento sabemos prácticamente cómo termina la historia, pero lo importante es conocer los cómo, qué, por qué. Desde la situación idílica y ensoñadora del primer acto todo cambia a semejante escenario.

Lo que destaco de este libro es, en primer lugar, lo mucho que atrapa y capta la completa atención del lector. Es un libro para no soltarlo, presenta incógnitas, enredos y acción. La narrativa es adictiva.
Lo segundo a destacar es la gran inclusión de textos de Shakespeare. Los fragmentos son añadidos con una coherencia impecable para con la trama. Es un homenaje y siempre está presente.

En muchos aspectos me ha recordado mucho a «El secreto» de Donna Tartt, como la influencia de las artes clásicas, los delirios, alcoholismo y la atmósfera agobiante. Pero a la vez es más juvenil.

En definitiva: se trata de un libro Dark Academia que consigue sumergir al lector en la historia y atraparlo durante las horas de lectura. Todo esto hilado con las obras de Shakespeare, que cobran gran protagonismo y aporta originalidad.