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Conocer sobre la vida de un autor, a veces, permite entender mejor de dónde viene su obra, qué clase de mente pudo pensar esas cosas. Y una vida marcada por la muerte, los accidentes trágicos, y el suicidio, no podía producir algo "lindo" o "tierno". E incluso si hay cosas que no me agrada cómo están tratadas y con las que no quiero meterme en este momento (ciertos estereotipos y cosas que ahora no pero en su momento eran normales, gente, ya saben, sobre la mujer, los indígenas, y cuestiones del estilo), realmente creo que este es un libro que hay que leer. No leía a este autor desde la primaria o los primeros años de la secundaria. Lo recordaba más fácil, más simple, aunque igual de traumante. Ahora, se me hizo pesado. Pesado mayormente bien, pero pesado. Quince cuentos, algunos fáciles y cortos, otros un poco más largos, y en su mayoría bastante densos y con un final inesperado. Después de leer "El almohadón de plumas" me quedé un rato mirando fijamente con desconfianza a mi almohada y creo que eso es la mayor descripción de estos cuentos. Y de la pluma de Quiroga. Y de su vida. Todo. Una locura rara e incómoda, pero de calidad. |
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