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Último libro de la saga Smythe-Smith y el que menos me ha gustado. Aquí conocemos la historia de Iris y Sir Richard Kenworthy. Iris sabe que no es una chica que llame especialmente la atención, así que el repentino interés de Richard tras el concierto anual de la familia le hace recelar; aún así, acepta sus atenciones pese a sospechar que hay algún secreto detrás. Sir Richard Kenworthy necesita una esposa, y rápido. Solo tiene un mes para convencer a alguna señorita de buena familia para que se case con él. No necesita que tenga una gran dote, ni que sea especialmente hermosa; simplemente que muestre un mínimo de inteligencia y esté dispuesta a aceptar una boda rápida. Los dos personajes me han parecido interesantes y con una gran profundidad. Pero el desarrollo de la novela no me ha convencido. Desde el primer capítulo sabemos que Richard oculta algo, pero no nos da en ningún momento ninguna pista. Eso ha hecho que no se entienda muchos de sus comportamientos. En realidad, no sabemos lo que oculta hasta casi el final de la novela. Además, todo ocurre en muy poco tiempo, lo que hace que su noviazgo y rápida boda no tenga ningún sentido. Sobre el secreto que oculta tampoco me ha parecido el gran drama que quiere hacernos entender la autora; más o menos puedo aceptarlo, pero la solución que tiene en mente es bastante absurda. Creo que Julia Quinn ha desaprovechado no solo a dos buenos personajes, sino toda una trama que ha resultado sea bastante sosa. Pese a esto, como siempre, los diálogos y el resto de la familia Smythe-Smith ha hecho que sea una lectura agradable. No es un libro muy extenso, así que se lee rápidamente. Si la trama me hubiese enganchado más seguro que hubiese sido un libro que me hubiese leído del tirón. |
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