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Venimos conociendo la historia de Francesca varios libros atrás. Sabemos que es una de las Bridgerton que vive fuera y que se quedó viuda muy recientemente. Pues, bien, en este, su libro, conoceremos toda la historia, bien a fondo. Francesca, siendo bastante joven, se casa con el conde de Kilmartin, por lo que se mudará a Escocia. Allí no tendrá a nadie de la familia Bridgerton, solo a su marido, John, y al primo de este, Michael. Michael Stirling se convertirá en el mejor amigo y confidente de Francesca y como el roce hace el cariño, Michael no podrá evitar enamorarse de la mujer de su primo. Pero todo, siempre, desde la retaguardia y en silencio. Mientras tanto, en vez de ahogar sus penas en alcohol, se dedicará a labrarse el renombre de Alegre Libertino por ahogarlas en mujeres. Pero John muere, no se sabe de qué, dejando a Francesca descompuesta y viuda. Michael se odia a sí mismo por haber deseado a la mujer de su primo, se piensa que el karma (o Dios en esta época) se ha puesto de su lado quitando del medio al conde de Kilmartin, pero, lógicamente, él no quería que esto sucediera así, puesto que John era como su hermano, le quería muchísimo. Así que Michael no pudiendo soportar más ese peso, decide irse a la India. Allí estará durante unos 4 largos años, en los que Francesca se las tendrá que ver con la soledad y el luto. Pasado este tiempo, Michael volverá creyendo que lo que sintió por Francesca no es más que un mero recuerdo, pero la realidad le golpeará la cara. Volverá sin más remedio, puesto que el título de conde de Kilmartin ahora es suyo. Toda esta trama sucederá a la vez que las historias de Colin y Eloise. Para mí, es claramente un friends to lovers. Escrito en 3ª persona desde ambos puntos de vista y con un tono mucho más erótico que los anteriores. Al principio de los capítulos nos encontraremos con fragmentos de cartas que han escrito Michael y Francesca hacia otros personajes, dándonos a conocer las ansias entre los protagonistas por hablar, pero desechando esa idea poniendo distancia y silencio de por medio. Francesca no es la típica Bridgerton, ella es diferente a sus hermanos, siendo mucho más sensata y callada. Pero el amor la revoluciona, y el no querer ni saber hacerse cargo de las circunstancias de sus actos hará que tome decisiones un tanto exageradas, dignas de una adolescente. Por lo que, en este sentido, se puede empatizar poco con ella. Pero yo la entendí, dada la época y la juventud de ella al marcharse de casa para casarse con John. También empaticé con su deseo de tener hijos, deseo que se ve frustrado con el fallecimiento de John y el posterior luto. Y si por ella hubiera sido, le hubiera guardado el luto toda la vida. Pero me gustó que ella quisiera ser feliz, dejara el luto de lado y se propusiera buscar un marido con el que tener una vida y una familia. Y Michael quería exactamente lo mismo. Pero ellos lo querían por separado, hasta que llega Colin (nuestro Colin, no el de su libro) para iluminar el túnel. Decir que Michael es uno de los personajes masculinos que más me ha gustado de toda esta saga familiar. Las escenas eróticas son… Chillo. Y con ellas también hay mucho “quiero, pero no puedo”, mucho “me piro” y “te sigo”. |
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