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Julia Quinn, escritora estadounidense consagrada en el género de la histórica romántica, se ha vuelto mundialmente conocida gracias a la adaptación cinematográfica de su serie "Bridgerton" y gracias a Titania los lectores podemos disfrutar de toda su obra con un toque más actual en sus portadas. En esta nueva historia, cierre de la bilogía "Agentes de la Corona", la autora nos regala una experiencia literaria única en el género donde el lector se encuentra con personajes conocidos y otros nuevos, en una trama llena de drama, suspense y secretos. Gracias a la pluma que caracteriza a Quinn por su agilidad, sencillez, delicadeza y, sobre todo, hilaridad, la novela se lee prácticamente sola. La trama es dinámica, entretenida y no se abusa de descripciones, lo que permite mayor ligereza e inmersión en los diálogos, la introspección de los personajes y los grandes acontecimientos. Los protagonistas son, sin duda alguna, el marqués de Riverdale, James, un espía del gobierno, y Elizabeth Hotchkiss, una joven dama de compañía pobre. Sin embargo, no se puede perder de vista a otros personajes que, si bien no llegan a tomar el protagonismo, pelean por llegar a él. En este caso hablo de Lady Danbury. Este simpático personaje es ampliamente conocido por todos los fieles lectores de Julia Quinn, debido a que aparece en casi todas sus novelas de forma superficial como una anciana dama, crítica, sincera, sarcástica y, aparentemente, sin un ápice de sentimientos. Sin embargo, en "Cómo casarse con un marqués" se permite descubrir una faceta mucho más familiar y emocional de esta entrañable y respetable mujer. Lady Danbury, será un personaje esencial en la trama, no solo por sus constantes participaciones, sino por su elegancia y el humor irónico que impregna su esencia. Así mismo, existen otros personajes que aportan un aire fresco al dramatismo de la novela. Dichos personajes son Caroline y Blake Ravenscroft, protagonistas de la anterior novela que tiene su importante cameo o los hermanos de Elizabeth. Todos ellos aportan una disminución de la tensión en los momentos álgidos, logrando que la lectura no deje de ser más que lo que se propone, un pasatiempo agradable de distracción. Los temas tratados cumplen con el registro de costumbrismo al que nos tienen acostumbradas las novelas de Quinn. Principalmente se centra en la situación de la mujer en 1815, sus dificultades de superarse, de emerger en la economía y sacar a flote a sus hermanos sin ningún tipo de soporte. Por otro lado, la novela versa en torno a las apariencias, los engaños y a descubrir a las personas y enamorarse de ellas por su interior. Personalmente, es una novela que me ha encantado tanto por la trama como por los personajes, Elizabeth representa la razón, lo moralmente correcto, la norma, mientras que James es más visceral y se deja llevar por sus deseos. Así mismo, las conversaciones que mantienen, los tiras y aflojas y sus debates internos entre moral, obligación y sentimiento, hacen que la historia sea muy dinámica y se lea prácticamente sola. Por todo ello, recomiendo muchísimo esta bilogía a todos los que le quieran dar una oportunidad a la literatura romántica y a aquellos que deseen leer algo novedoso, divertido y muy original con unos personajes encantadores y una Lady Danbury con más fuerza y protagonismo que nunca. |
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