Cómo casarse con un marqués

Elizabeth Hotchkiss sufre una delicada situación familiar. Vive con sus tres hermanos menores y el dinero que gana como dama de compañía de Lady Danbury apenas le llega para sobrevivir. Quiere proporcionarle a su familia lo mejor y, sobre todo, obtener dinero para que su hermano reciba una buena educación escolar que logre asegurar su futuro. Para obtener todo esto no tiene otra opción que casarse con un hombre adinerado y la oportunidad le llega en forma de libro cuando de forma casual se encuentra en la biblioteca de Lady Danbury el ejemplar Cómo casarse con un marqués. Elizabeth se lo lleva a su casa a escondidas (le avergüenza que alguien se entere de la situación tan desesperada que está viviendo) para aprender a conquistar a un hombre mediante una serie de recomendaciones que el ejemplar proporciona. le parece un poco absurdo, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

No obstante, sus planes se tambalean cuando conoce a James Siddon, el nuevo administrador de Lady Danbury, a quien ella contrata para averiguar quién está chantajeando y amenazando a la señora Danbury con rebelar un oscuro secreto que podría dañar la reputación familiar. Desde el instante en el que se encuentran saltan chispas entre ellos y ese momento resulta algo embarazoso para Elizabeth puesto que se chocan y a ella se le cae el libro que acaba de robar de la biblioteca. Todo su empeño es que el hombre no le descubra con la novela tanto por la vergüenza de que descubra que la ha robado como por el hecho de que conozca sus desesperados planes. El comportamiento extraño de Elizabeth provoca que James sospeche de ella como la posible chantajista y decide vigilarla muy de cerca. Gracias a esta proximidad entre ellos James enseguida la descarta como sospechosa y surge una bonita amistad y una gran confianza entre ellos. Ante la falta de experiencia de Elizabeth con los hombres, en un principio, ella se plantea ensayar con él las artimañas que enseña el libro, pero descarta la idea por no considerarlo ético.

Aún así, James, que sigue muy interesado por saber qué escondía con tanto empeño el día que se conocieron y por qué ella se mostraba tan nerviosa y avergonzada, termina descubriendo el secreto y es él quien le propone enseñarle a conquistar a los hombres, pero también a defenderse de aquellos que pretendan propasarse. La bonita amistad se transforma en una irrefrenable pasión que tortura a ambos: ella tiene que casarse con un hombre con fortuna y él esconde un gran secreto. Su amor parece imposible y corre peligro si Elizabeth descubre el importante misterio que envuelve a James.

Julia Quinn me conquistó con la saga de Los Bridgerton y enseguida me puse a investigar otros libros que ha publicado. Cuando vi la sinopsis de este me emocioné porque me parecía muy interesante y, a pesar de ser la segunda parte de la bilogía Agentes de la corona, decidí saltarme el primero y empezar directamente con este. Me ha gustado, me ha parecido muy entretenido, la pluma de la autora como siempre es ágil y se lee muy rápido, pero he de confesar que no ha sido como me lo esperaba. Me hubiese gustado que la parte de las lecciones ocupase más trama y que el enamoramiento fuese más despacio y sostenido en la seducción surgida gracias a esas clases de James y Elizabeth. No obstante, la pareja me ha gustado, transmiten buena química y los personajes están bien definidos. Elizabeth es una mujer trabajadora, leal, sacrificada y valiente. Él es un conquistador nato, generoso, humilde y muy amigo de los suyos. Los hermanos de Elizabeth me han conquistado puesto que, a pesar de su corta edad son muy maduros, entienden perfectamente la situación familiar, se cuidan unos a otros y cuidan a Elizabeth intercediendo cuando ven que comete errores. El otro gran personaje es Lady Danbury, quien se dio a conocer en Los Bridgerton y que sigue haciendo las delicias de los lectores con su carácter agrio (aunque a mí me parece encantadora), con los disparates que se le ocurren y lo deslenguada que es. Por gustarme me ha gustado hasta Malcolm, el gato de Lady Danbury. al igual que su dueña tiene ocurrencias disparatadas y me ha hecho reír varias veces.

En resumen, es una historia entretenida, adictiva, con personajes muy bien perfilados, la química de los protagonistas traspasa las páginas y tiene momentos muy divertidos gracias al personaje de Lady Danbury. Me ha gustado mucho y estoy deseando leer la primera parte para completar la bilogía y seguir descubriendo más libros de Julia Quinn.