Luces del Norte

Luces del Norte, también conocido como La Brújula Dorada, es el primer libro de una saga llamada La Materia Oscura. Me encontré este libro de casualidad en una tienda de segunda mano y recordé la fascinación que sentí al ver la película cuando era pequeña, así que me animé con la lectura porque en teoría la recomiendan por encima de la película. Y no les faltaba razón.

Tengo que admitir que la lectura se me hizo un poco lenta al principio, los capítulos me parece que tienen demasiadas páginas y no hay ningún buen momento para hacer una pausa y continuar más tarde con la lectura. Pero a medida que avanzas, ya no puedes parar de leer. Terminas hipnotizado en este mundo y sus razas: personas con almas de animales unidos de tal forma que son un solo ser, osos acorazados con enormes armaduras que son fríos a la vez que viscerales, y brujas independientes que viven eternas y libres. Y constantemente sientes la ansiedad y curiosidad de la pequeña protagonista, Lyra, que intenta averiguar y salvar a todos aquellos niños que están siendo raptados y llevados lejos de su familia para sufrir experimentos en relación a sus almas, conocidas en el libro como daimonions.

Las descripciones son un poco extensas pero muy profundas, te permiten introducirte completamente de lleno y ver en gran detalle todos los paisajes, escenas y conversaciones que se van desarrollando. No me esperaba que la lectura tuviese un análisis crítico sobre la religión, aunque a mí personalmente me ha parecido agradable y que se ha llevado a buen puerto pero entendería que pudiese ser algo incómodo y controversial para otras personas.

El final diría que es completamente abierto, pero justificado porque la saga continúa, y no puedo esperar a conseguir el segundo libro para seguir acompañando a Lyra y a su daimonion en sus aventuras, enfrentándose contra los adultos que, por un motivo o por otro, siempre terminan siendo el enemigo común.