Le gustaban las autopistas. El tobogán de las autopistas. La imposibilidad de dar marcha atrás. En la autopista nunca se retrocede, decía. No hay lugar para el arrepentimiento. Siempre hacia delante. Se devora el espacio. Se le vence. Se le engulle.
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Le gustaban las autopistas. El tobogán de las autopistas. La imposibilidad de dar marcha atrás. En la autopista nunca se retrocede, decía. No hay lugar para el arrepentimiento. Siempre hacia delante. Se devora el espacio. Se le vence. Se le engulle.
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"Volví a dar con el autoestopista en una ciudad pequeña del sudeste de Francia, después de llevar años sin pensar en él. Lo hallé enamorado, asentado, era padre. Recordé todas las razones por las que, antaño, había decidido pedirle que saliera de mi vida. Llamé a su puerta"
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¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?