Es una sombra en que jamás podremos penetrar, para la cual no existe conocimiento directo, tocante a la cual nos forjamos numerosas creencias con ayuda de palabras e incluso de acciones que, tanto unas como otras, sólo nos dan informes insuficientes y, por lo demás, contradictorios —una sombra en la que podemos alternativamente imaginarnos con tanta verosimilitud que brillan el odio como el amo
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