Yo, Julia

La novela histórica me empezó a gustar desde que leí a Santiago Posteguillo. Roma es una de las culturas y civilizaciones más fascinantes, muchas de las costumbres y la forma como está organizada la sociedad viene de ellos, así que su historia ha sido contada de muchos formas, en diferentes matices, pero el escritor Santiago Posteguillo te ofrece una forma distinta de contarla, que te ayuda a entender, conocer y sacar lo bueno y excepcional de cada personaje.
"Yo, Julia" podría decirse es su tercera temporada sobre Roma; las dos primeras están centradas en hombres: Africanus y Trajano, pero esta última gira alrededor de una mujer, hija de Reyes, columna de una dinastía, madre de emperadores y esposa de una de los Hombres que tuvo en sus manos a todo el imperio Romano, Séptimo Severo. El libro empieza cuando aún gobernaba Cómodo, un emperador controversial que trajo a Roma pobreza, muerte, excesos y dominaba a través del miedo, todos sabían que no era un buen líder, pero nadie hacia nada, hasta que la guardia Pretoriana lo asesina y empieza a moverse toda la maquinaria para elegir a alguien el poder, pues Cómodo en su egoísmo no había nombrado sucesor. En medio de un conjunto de hombres luchando por manejar los hilos de Roma, una mujer se convierte en la titiritera y a través de una autoestima, que toda mujer envidieria, y el amor de una pareja que moriría por ella si fuese necesario, vencen todos los obstáculos para empezar una de las mejores dinastías que ha tenido Roma.
Cada capítulo corresponde a un emperador Romano porque pasar de Cómodo a Severo no fue fácil, hubo 4 emperadores más que buscaron tener el poder, pero ninguno de ellos tenía a su lado a una mujer con Julia.
Es un libro, que si bien tiene como protagonista a una mujer, tiene de todo para ser disfrutado por hombres y mujeres por igual, tiene intriga, tiene pasión, conspiraciones, asesinatos, batallas y está si que las amo, no porque este a favor de la guerra, pero soy jugadora de ajedrez y es grato leer y ver las estrategias que usaban para ganar, porque en esa época, el respeto y la posición en el poder (antes de la corrupción y el dinero) se ganaban con el filo de la espada y arriesgando su vida en batalla.
Leer a Santiago Posteguillo es disfrutar la historia que nadie ha querido contar, su narrativa es una especie de barco en el cual te metes gustoso y feliz porque viajas tranquilo y aunque algunas olas te golpeen fuerte porque se te atraviesan frases en latín y vocabulario de la época, no destruyen tu barca, está no se tambalea y al mismo tiempo, el escritor no deja que te conviertas en un náufrago más, sino que te sostiene y estabiliza tu embarcación a través de una descripción completa con mapas, vocabulario y bibliografía que te sirven de brújula para navegar ese maravilloso mar que se llama "Yo, Julia".