Yo, Julia

Brutal. Esto fue este libro para mí, Brutal. Desde el inicio hasta el final, me mantuve a la espectativa. Me transportó a esa Roma imperial en donde todo se movía como fichas de ajedrez y sólo una persona, una mujer, fue capaz de comprender el juego.
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La narrativa utilizada, los diálogos entre personajes, la descripción de los lugares, los detalles de cada pugna, de cada muerte, de cada batalla, todo absolutamente todo me mantuvo al filo, queriendo leer más, saber más y conocer más de esta historia.
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Me gusta como todo el protagonismo se lo lleva la inteligencia de Julia, si bien la belleza de ella es mencionada en varias ocasiones, fue su carácter y su inteligencia la que logra cautivar al lector. El manejo de las situaciones que debe enfrentar, la fortaleza, la astucia y audacia con las que enfrenta a sus enemigos, que por cierto fueron muchos, nos muestra y nos deja claro que  que las mujeres en la historia, a pesar de que en la época se tenía otro concepto, son mucho más que una cara bonita bajo la sombra de un hombre poderoso.
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Además está el hecho de que el escritor (contado por el mismo) haya realizado un exhaustivo trabajo de investigación, para ser lo más acertado posible en el relato que nos cuenta, hace que esta novela histórica se viva y se lea con más emoción.