Una lectura amena para un domingo en casa: éste es un libro de ensayos -o más correctamente, de anécdotas- sobre algunos escritores y sus obras. Me pareció genial la forma en que Posteguillo abre en el primer capítulo, vinculando a dos escritores tan distantes como Séneca y Petrarca: rescatando la anécdota del discurso del senador romano muchos años antes de Cristo y volviendo a descubrir sus palabras exactas en un monasterio de Liejia, en plena Edad Media. Dicho sea de paso, nunca he leído ni a Séneca ni a Petrarca pero, precisamente el valor de libros como éste es que nos invitan a descubrir más y a interesarnos por otros autores. Este libro también me ha dado unas ganas enormes de volver a leer clásicos como Drácula, Jane Eyre y El Amante de Lady Chatterly así como también de explorar más obras de estos autores clásicos. de los nuevos, se me despertó una curiosidad tremenda por leer a Elías Canetti y su herencia sefaradí. La Sangre de los Libros es un viaje ameno por distintas anécdotas detrás de obras representativas de la literatura, de las pasiones o sufrimientos detrás de los escritores. Es un pequeño homenaje al esfuerzo de cada uno de los autores rescatados y en ese sentido, es una lectura fácil, digerible. Aun así, debo mencionar que, en algunos momentos, la narración cae en un mero anecdotario; es decir, eché de menos un poco más de calidad literaria (y se me viene a la mente un libro como El amor de mi vida de la Montero y el ejercicio del ensayo y la reflexión. Es decir, no es un libro malo, sólo que creo que pudo haber sido espectacular. |