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La legión perdida es la tercera entrega de la trilogía de Trajano, escrita por Santiago Posteguillo. La narración está dividida en dos momentos cronológicos: desde el año 53 a. C hasta el 36 a. C donde se nos cuenta los avatares de la legión perdida de Craso ( tras la derrota total de las tropas del triunviro Craso en Cahrrae, nunca se supo sobre el destino de una de sus legiones. Esta novela intenta recrear un posible desenlace sobrevenido a estos soldados). El otro tiempo narrado transcurre a principios del s II d. C, con las conquistas de Trajano de Mesopotamia, Babilonia, Armenia y parte del Imperio parto (desde el centro-este de Turquía hasta el este de Irán en la actualidad). De las tres novelas de esta trilogía, esta es la más "exótica", pues aparecen habitantes y costumbres de imperios lejanos a Roma, como el Imperio kushan (norte de India y Afganistán) o el Imperio han (China). Me ha agradado mucho la trilogía. Los personajes están muy bien caracterizados. Destacan las figuras de los emperadores romanos, sobre todo del loco Domiciano, el voluble Adriano o de Trajano, el indiscutible protagonista de la trilogía. En mi opinión, es descrito quizás demasiado benevolentemente, ya que parece perfecto: es un buen gobernante, justo, preocupado por los ciudadanos de Roma y por hacer obras públicas para ellos, valiente, siempre soñando con la expansión de Roma hasta límites insospechados... Aparte de los emperadores, hay personajes que pertenecen a todas las clases sociales: senadores, vestales, soldados de alta y baja graduación, gladiadores, etc. mostrándonos así un fresco de la sociedad romana de la época. También están los enemigos, algunos valientes, otros cobardes y traidores. También he disfrutado mucho de escenas como las luchas de gladiadores, las carreras de cuadrigas o los hechos de guerra, que te los describe de forma que parece que estuvieras allí presenciándolos. En definitiva, la trilogía ha cumplido mis expectativas, aunque haya pasado más de un mes leyéndola debido a su extensión. Es lo primero que leo de Posteguillo, pero no será lo último. La recomiendo encarecidamente. |
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