No me ha parecido tan redondo como la primera parte pero no por cómo lo cuenta, porque Santiago Posteguillo vuelve a demostrar que sabe perfectamente cómo enganchar al lector con los personajes y hacer que me importe hasta los sentimientos de un caballo de las cuádrigas. Lo que me ha parecido peor es el qué nos cuenta, ya que los primeros años de gobierno de Trajano se centran en las campañas contra los dacios y poco más. Y para rellenar echa mano a romances y situaciones que él mismo reconoce en el apéndice que no hay ningún indicio de que ocurrieran. Aún así las más de mil páginas se pasan volando y te deja con ganas de más. |