Circo Máximo

Que placer ha sido leer este libro, como lo fue la primera entrega. Mucha batalla, mucha historia y buenos personajes, los diálogos, las narraciones, los pensamientos interiores de cada personaje. Se me hizo un tanto predecible, pero eso no opaca la novela, no quita emoción.
Si debo decir que decae un poco frente a su antecesor, pero te mantiene atento, conocemos a un Trajano diferente. Combina a la perfección Historia y ficción. Esta segunda parte me pareció más sentimental.
Espero con anhelo la tercera parte que cierra la trilogía.

Segunda entrega de esta obra maestra que es la trilogía de Marco Ulpio Trajano, primer emperador hispano del gran Imperio Romano.
En esta entrega nos encontramos ante el emperador Trajano justo y noble ya establecido frente al poder de Roma que como todo emperador Romano que se precie tiene un ejército de corruptos y traidores dentro de su imperio que harán todo lo posible para ver la caída de Trajano y sacar provecho de ello.
Esta parte se centra principalmente en la gran guerra contra la Dacia y más concretamente contra el rey Decébalo de la Dacia, personaje que conforme va avanzando la historia más ruin y cruel se va volviendo pero que no conoce hasta donde es capaz de llegar la ira de Trajano.
Posteguillo no solo se centra en la gran guerra sino que para nuestro disfrute es capaz de deleitarnos con otras partes de la historia del momento como son la construcción del magnífico puente del Danubio, obra maestra especialmente teniendo encuentra los recursos de la época, las carreras de cuadrigas en el Circo Máximo e incluso el avance lento pero continuo del cristianismo.
1100 páginas de libro capaces de hacernos saborear y disfrutar cada una de ellas sin parecernos excesivas.

Circo Máximo es el segundo libro de la trilogía de Trajano escrita por el valenciano Santiago Posteguillo.
En ella, prosigue la acción de la primera novela, mostrándonos más pormenorizadamente la vida personal y militar del emperador Trajano.
Otra parte de la acción trata sobre la conjura urdida contra Celer, auriga del Circo Máximo, y la vestal Menenia, acusados de crimen incesti ( se culpaba de este crimen a las vestales que perdían la virginidad). Este delito se penaba con la muerte, y la vestal era enterrada viva.
O sea, los capítulos se dividen en tres partes importantes: la descripción de las batallas contra los dacios, la vida y costumbres de las vestales y las carreras de caballos, en las que participaban los aurigas de diferentes corporaciones. Estas carreras, al igual que las luchas entre gladiadores, gustaban mucho a los romanos, sobre todo cuando había sangre, algo común por los múltiples accidentes que había.
La novela me ha gustado tanto como la primera parte de la trilogía: la descripción de las batallas me ha parecido soberbia, y también me ha encantado poder seguir la vida de los personajes principales de la primera parte, y de otros nuevos que se han ido incorporando en esta segunda novela.
Recomiendo esta obra pese a su larga extensión. Ahora voy a por la tercera y última parte.

En Circo Máximo, segunda novela de la trilogía, continuamos al lado del emperador Marco Ulpio Trajano, quien va afrontando los problemas que van surgiendo tanto en el Imperio como en su vida personal.

Por un lado, Roma mantiene una lucha con la Dacia del rey Decébalo. Estos dacios, aliados con otros pueblos como los sármatas y los roxolanos, defienden su lado del Danubio con astucia y con fiereza.

Por otro lado, el emperador Trajano se enfrenta a una conjura que busca su muerte, aunque él no lo sabe. Aunque Posteguillo nos describe a Trajano como un líder magnánimo, es normal que haya potenciales traidores con una ambición desmedida.

Como en la anterior novela, la historia real es genial. Es una gran clase impartida por un maestro excepcional, y no me considero un alumno pelota. Especialmente me ha agradado conocer a Longino, un personaje de importancia vital en la novela.

La parte ficcionada también me ha convencido. Personajes como el gladiador Marcio, la guerrera Alana, el auriga Celer o la vestal Menenia tienen historias interesantes perfectamente integradas en el libro.

Como me ocurrió en la primera parte, he leído las 1200 páginas con la sensación de no estar leyendo semejante tocho. La fluidez del escritor es admirable. No se me ha hecho pesado, más bien lo contrario.

En otras palabras, me ha encantado la segunda entrega. Me gusta su ritmo, me gusta su contenido. Me gusta aprender Historia con Posteguillo. Ya he empezado la tercera.

En el primer libro dejamos a Trajano cuando ha sido nombrado Emperador de Roma, en este segundo lo vemos dirigir la campaña militar en la Dacia junto a sus guerreros más leales y también lo vemos enfrentar las intrigas que contra él se maquinan en el corazón del Imperio, porque parece que corre menos peligro en el campo de batalla que en el palacio imperial.
Posteguillo una vez más nos logra emocionar, deleitar, e incluso hacer sufrir con una novela de excelencia
Acá hay mucho en que detenerse, en la misma personalidad de Trajano, en sus fortalezas y también sus debilidades. En esto me quiero detener un minuto, si bien la condición de homosexual de Marco Ulpio es importante para la historia, no es el centro de la misma. Trajano fue un gran hombre, un gran guerrero, un hombre con una tremenda visión de futuro, pero no un hombre perfecto, pero esto nada tiene que ver con sus preferencias sexuales .
Pasando a otros aspectos del libro, si bien como es obvio la novela se centra principalmente en Marco Ulpio Trajano, hay otras historias y personajes que nos permiten conocer otros aspectos de la vida en Roma, está Celer que nos aproxima a las carreras de cuadrigas, las apuestas,las rivalidades, etcétera
Está Marcio que nos permite conocer más a fondo la vida de los gladiadores, y por último está Menenia, que nos acerca a la religiosidad romana, principalmente a través de la institución de las vestales, y nos hace comprender e incluso dimensionar cuan importante era para la autoconciencia del imperio romano que la llama de Vesta estuviera encendida.
Algo que destaca en este libro es que nos permite conocer la religiosidad del pueblo romano, no solo sus dioses, si no como vivían día a día la fe que profesaban,hay que decir que es una religiosidad cargada de supersticiones y de ritos establecidos hasta el más mínimo detalle, en que abundan prohibiciones que controlan hasta el más mínimo detalle de como se debe actuar en ciertas circunstancias y de como deben actuar determinados personajes que detentan ciertos cargos, no solo ellos si no también sus esposas. Este es un libro que nos ayuda a conocer esa parte del pueblo romano.
Naturalmente no pueden faltar los villanos y en este libro tenemos a varios, diferentes en su procedencia, algunos ostentan una posición social privilegiada, otros son lo que el pueblo romano consideraba escoria, y por lo tanto el alcalce de sus acciones no es la misma, pero no por ello dejan de causar sufrimiento y miseria a seres inocentes. En eso todos se igualan.
Una vez más Posteguillo logra el equilibrio perfecto entre realidad histórica y ficción.

Quizás Santiago Posteguillo no sea un escritor virtuoso. En ocasiones es reiterativo, excesivamente maniqueo con sus personajes, incluso poco verosímil en algunos diálogos, pecando de peliculero. Pero lo grande de sus novelas no está en el cómo si no en el qué. La gran virtud de Posteguillo es la forma en que logra hacerte viajar al pasado en una experiencia totalmente inmersiva, como si llevases una gafas de esas 3D. Las batallas, las carreras de cuádrigas, las formaciones militares, las increíbles obras de ingeniería romanas. Todo aparece frente a ti de forma tan fidedigna que parece que lo estés viviendo. Más que un escritor, es un profesor que logra darte la más amena de las clases. La historia de Roma es tan potente que al Sr. Posteguillo no le hace falta ser el mejor escritor de novela histórica. Él sabe que terreno pisa, se encuentra muy cómodo en esos menesteres y logra, a pesar de las carencias convertir esa historia en algo apasionante. Es una gozada, Sr. Posteguillo, aprender tanto de historia antigua con usted.

Hace ya unas semanas que terminé la lectura de Circo Máximo pero, al igual que me pasó en las anteriores ocasiones que he leído otros libros de Posteguillo, me cuesta hacer la reseña y no es porque no lo haya disfrutado aunque, en esta ocasión, me ha parecido una lectura algo más floja. En fin, habrá que intentarlo.

Circo Máximo es la segunda parte de una extensa trilogía que tiene a Trajano, el primer emperador hispano de la historia, como principal protagonista aunque no será hasta ésta segunda entrega donde tenga plena relevancia ya que en el primer libro, Los asesinos del emperador, tenemos el preludio de cómo llegó Marco Ulpio Trajano al poder.

Viajamos en el tiempo, más concretamente al año 101 d.C. , a una Roma Imperial en la que Trajano ya está asentado como emperador tras haber hecho una “limpieza” de senadores corruptos a los que obligó a devolver el dinero con el que se habían lucrado durante la época de Domiciano y, posteriormente, eran desterrados. Obviamente se granjeó unas cuantas enemistades, como la del senador y gobernador Mario Prisco que ansía vengarse de Trajano cueste lo que cueste, y que será uno de los hijos argumentales de la novela.

Otro de los hilos será el juicio en el que se acusa a la vestal Menenia, una sacerdotisa del templo de Vesta, de cometer crimen incesti con el auriga Celer. Las vestales debían permanecer castas mientras durase su sacerdocio, treinta años desde que eran seleccionadas cuando tienen entre seis y diez años, por lo que el peor crimen del que podían ser acusadas era el de haber perdido su sagrada virginidad (crimen incesti) y cuya condena era ser enterrada viva. ¿Por qué se les acusa a estos dos personajes de tal crimen? Es cierta la acusación o ¿hay algún interés oculto?

De la mano de Celer conoceremos los entresesijos de las carreras de cuadrigas que tenían lugar en el Circo Máximo, desde la rivalidad entre los diferentes equipos y aurigas, las apuestas y trapicheos, hasta los brutales choques de las cuadrigas que podían llevar a la muerte al propio auriga y a sus caballos. Todo un espectáculo visual en el mayor circo de la civilización romana, con una capacidad para doscientos cincuenta mil espectadores y unas dimensiones de varios estadios de fútbol.

Sin embargo la trama que más peso tiene, desde mi punto de vista, es uno de los hechos históricos más relevantes del mandato de Trajano: las dos guerras dacias que terminaron con la victoria de Roma y la conversión de aquel territorio en una nueva provincia del imperio. Para ello fue necesario movilizar algunas legiones y realizar obras de infraestructura, la más importante, el puente sobre el Danubio a cargo de Apolodoro de Damasco en Drobeta.

En Circo Máximo se conjugan ingredientes interesantes para hacer de esta novela una lectura agradable y entretenida ya que seremos testigos de conspiraciones, confesiones, historias de amor, guerras, traiciones, juicios, envidias e incluso un intento de asesinato para acabar con la vida de Trajano. Desde luego, sus casi mil doscientas páginas dan para mucho aunque hay partes que me han parecido superfluas y prescindibles al no aportar nada relevante.

Aunque el personaje central es Trajano estamos ante una novela coral y por sus páginas pululan un montón de personajes secundarios, tanto reales como ficticios, a algunos de ellos los conocimos en la primera parte como a la emperatriz Domicia Longina, esposa del emperador Domiciano, o el gladiador Marcio.

Posteguillo hace gala, nuevamente, de un estilo sencillo pero cuidado con unas descripciones muy visuales que permiten al lector dejar volar su imaginación y recrear las calles de Roma, las carreras de cuadrigas o las batallas que, desde mi punto de vista, han sido bastante más flojas que las acaecidas en Los asesinos del emperador. Tal vez tenga un lado sádico y me guste demasiado la sangre pero me ha faltado más acción en el campo de batalla. Cierto es que las legiones romanas no eran unas hermanitas de la caridad (saqueaban, violaban y arrasaban con lo que se les ponía por delante) ni los dacios un pueblo tan bárbaro como podamos pensar (era un reino que data de los tiempo de Julio César y estaba perfectamente estructurado en todos los sentidos, militar, social y religiosamente hablando) y, aunque sus guerreros suponían el terror de los legionarios romanos ya que las falces dacias rebanaban miembros como si fueran de mantequilla y tuvieran de aliados a roxolanos y sármatas cuyos caballos y guerreros iban acorazados con armaduras, no ha terminado de convencerme del todo esta parte.

Circo Máximo es un libro largo pero de fácil lectura, con capítulos de extensión variable que abarca desde principios del año 101 d.C. hasta el año 107 en el mandato de Marco Ulpio Trajano y donde se aprecia una ardua labor de investigación. Sin embargo, hay un hecho que me ha llamado la atención y es el papel que Posteguillo le da a Adriano, el futuro emperador, al que no deja en muy buen lugar (aprovecho para recomendaros la lectura de Memorias de Adriano de Margueritte Yourcenar). Cierto es que tuvo sus luces y sus sombras, lo mismo que Trajano, y estamos ante una novela donde la realidad y la ficción se entremezclan pero hay que distinguir la paja del grano y a ello nos ayuda el autor en una nota histórica al final de las páginas.

Una segunda parte entretenida con la que he disfrutado pero no al mismo nivel que lo hice con Los asesinos del emperador. Quizá las expectativas eran demasiado altas y Circo Máximo adolece de algunas páginas de relleno y de unas batallas con más garra, desde mi punto de vista, pero no por ello se me han quitado las ganas de leer La legión perdida y ver cómo Posteguillo nos narra la expansión hacia los territorios del este y las batallas contra los partos pero esta es otra historia.
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Circo Máximo es la segunda parte de la Trilogia de Trajano, y si la primera parte fue una maravilla esta es otra. Durante la primera parte, nos contaron los diferentes gobiernos que hubo antes de llegar a Trajano, y donde alguien que no nació en Roma, llega a ser Emperador de esta misma.
En esta segunda parte, nos adelantamos al año 101 d.C, donde Trajano, ya es Emperador de Roma. La trama principal esta marcada por dos guerras dacias, y Trajano intentando ampliar las fronteras del Imperio Romano.
Además y como en la obra anterior, Posteguillo crea historias paralelas, que te mantendrán enganchadísimo a la historia, intrigas y emociones, además de ir conociendo la cultura y otras tradiciones del Imperio.
Una trama que tiene mucho peso en la historia y que me ha encantado ha sido el juicio de la Vestal Menenia, acusada de “crimen-incesti” con el auriga Celer. Celer, un personaje que es conocido como el mejor de las carreras de cuadrigas, un espectáculo que con las descripciones del autor hace que te transportes al lugar y lo vivas tal cual en el Circo Máximo.
La novela aunque tenga 1200 paginas, para nada se hace pesada, no hay ningun momento que te aburras, se lee con gran facilidad, debido al estilo del autor, sencillo y claro, no se entretiene en millones de datos históricos, y las descripciones son magnificas. La documentación siempre va integrada en la historia, asique tampoco se hace pesado, y además le añadimos que los capítulos son muy cortos, algo que hace que no quieras parar en ningun momento.
Novela histórica, donde destacan temas de poder, guerra, traiciones, venganza, secretos, batallas,amor, lealtad, amistad… recomendada para todo el mundo ya que no solo es una trama histórica.

“La lealtad siempre es premiada, pero la traición, al final, siempre es descubierta.”

En este segundo libro de la trilogía Trajano ya es emperador, y recorreremos a su lado los primeros años de su mandato. Que ya os aviso que fueron moviditos, bueno, en la Antigua Roma todo era movidito.

El autor aprovecha este libro para enseñarnos otras partes de la vida en la Antigua Roma: las vestales, los ritos religiosos, los juicios y las carreras de cuadrigas.
Os informo de que la F1 al lado de las carreras de cuadrigas es un juego de niños, ¡qué tensión mientras leía esos capítulos!

Y todo esto en medio de las habituales traiciones, mentiras, engaños, guerras, amistades, amores y duelos que pasaban en esta época. Si es que las conjuras para conseguir dinero y poder no dejan de sucederse!

Pero… lo mejor de todo es cómo está contado.
Posteguillo tiene una habilidad increíble para que me sumerja en la historia, que sus más de mil páginas se me pasen volando y que me quede con ganas de seguir leyendo la historia de Trajano.
Vuelvo a decir que ME HA ENCANTADO, otra vez con mayúsculas, para que no haya dudas.

Si os gusta la historia y os gusta Roma y aún no habéis leído estos libros no sé qué estáis haciendo con vuestras vidas. Así de clarito.

4*

Circo Máximo es la historia de Trajano y su gobierno, guerras y traiciones, lealtades insobornables e historias de amor imposibles. Hay una vestal, un juicio, inocentes acusados, un abogado especial, mensajes cifrados, códigos secretos, batallas campales, fortalezas inexpugnables, asedios sin fin, dos aurigas rivales, el Anfiteatro, los gladiadores y tres carreras de cuadrigas. Hay también un caballo especial, diferente a todos, leyes antiguas olvidadas, sacrificios humanos, amargura y terror, pero también destellos de nobleza y esperanza, como la llama de Vesta, que mientras arde preserva a Roma. Sólo que hay noches en las que la llama del Templo de Vesta tiembla. La rueda de la Fortuna comienza entonces a girar. En esos momentos, todo puede pasar y hasta la vida del propio Trajano, aunque él no lo sepa, corre peligro. Y, esto es lo mejor de todo, ocurrió: hubo un complot para asesinar a Marco Ulpio Trajano.

4 estrellas, de ahí no paso. El libro me ha gustado, son casi 1300 páginas en las que Posteguillo saca a relucir todo su arsenal de conocimiento y prosa adictiva de la que ya somos conocedores (en la reseña del primer volumen escribo más al respecto, ahora no me voy a enrollar demasiado). Pero esa quinta estrella se la quito porque la historia principal (tomar la Dacia) ocupa una cuarta parte del libro pero la alarga de una manera que no le veo sentido entre continuas traiciones y otras historias turbias, el grueso del libro lo dedica a la historia de la Vestal, que como bien indica en la “nota histórica” del final del libro, es casi toda ficticia, y la verdad no me ha aportado nada de nada y hace que al libro le sobre unas 300 páginas tranquilamente.

Esta segunda parte de la "Trilogía de Trajano" no sólo muestra el empeño del Emperador hispano Trajano por conseguir lo que Julio César no había podido, la conquista de la Dacia (liderada por Decébalo y un sinfín de personajes corruptos y de discutible honor), lo que le llevará en diversas batallas durante los siglos I y II d.C., sino que en el libro veremos y sentiremos en nuestras carnes el modo de vida de la civilización romana, mostrando sus costumbres, sus hábitos de la vida diaria, sus preocupaciones, sus honores y sus estructuras sociales. Si en el primer libro el autor se centraba en los juegos y luchas entre gladiadores, en “La Ira de Trajano" profundiza más en otro de los espectáculos preferidos de los romanos: las carreras de cuádrigas en el Circo Máximo, donde la violencia, la sangre y las apuestas eran el pan de cada día. Esta es una de las (sub)tramas del libro que más he disfrutado (han sido tantos los paseos que he hecho por los alrededores del Circo Máximo pero nunca había sentido lo que allí sucedía hasta leerlo con la pluma de Posteguillo), sobre todo con el personaje (ficticio) llamado Celer, un auriga que se enfrenta a la pena de muerte por ser acusado de manera injusta de haber mantenido relaciones íntimas con una sacerdotisa vestal, la cual debe por ley mantenerse virgen para cuidar la llama eterna de la diosa Vesta.

Otro de los aspectos que más me han gustado es la parte que Posteguillo dedica a la construcción de otra proeza de la arquitectura romana: la construcción de un puente que atraviesa las peligrosas aguas del río Danubio, realizada por el arquitecto e ingeniero romano Apolodoro de Damasco, el mismo que haría la Columna Trajana, tantas veces estudiada en Historia del arte (aún lo recuerdo de mi profe del instituto) por su originalidad y complejidad y en la que se detallan las gestas militares del emperador contra el pueblo dacio. Si en el primer volumen de la Trilogía, Domiciano acometía la construcción del famoso Coliseo (también llamado anfiteatro Flavio), en esta ocasión es la construcción del puente sobre el Danubio la que nos acerca a las maravillas de la arquitectura romana de la época.

Espero con ganas la tercera y última parte de la Trilogía, pero por el momento haré un descanso de Posteguillo.