Arrecife

Últimamente me ocurre que cuanto más me gusta un libro, más me cuesta arrancar mis impresiones sobre él y plasmarlas por escrito. Es como si fuera tal la magnitud del descubrimiento, de la impresión que me ha causado, que inconscientemente las palabras se resguardan, como si sintieran que no van a estar a la altura de lo que el instinto les dicta.

Arrecife es una novela que, si bien no es original en cuanto a su estructura, ya que nos cuenta la perspectiva de tres mujeres que, en principio, parece que no tienen que ver entre sí; sí que es muy potente a nivel de contenido.
Puedo decir con seguridad que he disfrutado muchísimo de esta lectura precisamente por la cantidad de temas diversos que trata: rituales, sectas, manipulación, relaciones heridas entre madres e hijas, la memoria y el olvido; la violencia subrepticia al alcance de todos los ojos menos del que permanece ciego ante la evidencia.

La forma en que Alekséi Poliárinov nos hace conectar con personajes e historias es tan natural que esto permite que una novela de casi cuatrocientas páginas se nos haga amena prácticamente todo el tiempo.

Creo que es una historia que merece ser incluso releída, porque aunque ya sepas cuál es el final, de lo que más disfrutas es del viaje. Hay un halo de misterio que atraviesa toda la obra, una mínima tensión que es la causante del embrujo que te hace consumir una página tras otra.

Como ocurre demasiadas veces, la meta no hace justicia a la carrera, o quizá es que siento que la novela me ha dado tanto que al final era muy difícil mantener ese ritmo hasta las últimas consecuencias.

Pero mi sabor de boca sigue siendo tremendamente positivo, horas después de acabar el libro sigo muy sorprendida de que un texto que, aparentemente, pasa tan desapercibido, sea capaz de conquistar mi ánimo lector que es cada vez más exigente.

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