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Lectura obligatoria para cualquier fanático del género policial. Este mes tuve que releerlo y creo firmemente en que el carácter fundacional que le dan a este cuento es indiscutible, incluso intuyendo que hay antecedentes. Lamentablemente, me atrapó recién en la mitad del relato. Comento brevemente, porque al ser policial no quiero dar muchos datos. El narrador nos presenta a Auguste Dupin, un parisiense que está en la ruina y que conserva bastante de su vida de lujo, en cuanto a tiempo de ocio se refiere. Un día leen en el periódico que se cometió un brutal crimen que presenta detalles peculiares, como un cuarto cerrado y una aparente falta de motivos. Dupin se interesa en el caso y decide ponerse a investigar por cuenta propia, acompañado del narrador que nos transmite todo. Las ideas que aportan los hechos tienen una vigencia increíble y hasta polémica. Lo que no me convenció fue la resolución. Quedé un poco decepcionada (no tanto como para no volver a leer ningún caso de Dupin, por supuesto) y dudosa del accionar del criminal (evado spoilers). Hay algo demasiado forzado allí, sobre todo porque la información es escasa e insegura. Con respecto a los personajes, Dupin no es un personaje carismático, así como tampoco lo es su compañero. Comparo con las sensaciones que recibí en las primeras páginas de Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle, y termino dándome cuenta de que no son iguales. ¿Tres estrellas en un cuento de Poe quieren decir que no me gusta y que no me parece tan genial? Ni en chiste. La calificación sólo refleja lo que me pasó como lectora: Los crímenes de la calle Morgue, si bien no me disgustó, no me impresionó como debería haberlo hecho. Eso no significa que no lo pueda hacer con otra persona. |
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