He tropezado con este corto relato de Sylvia Plath. La poeta ha desgranado una prosa cuidada y firme, en unas pocas páginas, se adentra en un mundo totalmente femenino, donde la masculinidad aparece como un error. Intencionadamente lleva de la mano de un grupo de trabajadoras de un hospital por los senderos del mismo , durante una tormenta, donde cada uno de ellos representa una especie de mal menor, que debe ser afrontado con valentía. Las protagonistas revelan algunos secretos que no lo son , mostrando su capacidad de ser solidarias, y su fortaleza para ser individuales. de soslayo mencionan enfermedades mentales, que se erigen sobre enfermedades de otra naturaleza . Pero cada una cobra su cuota. Un final justamente apropiado para esta historia que campea sobre el hospital, como la enfermedad y la muerte sobre el ser humano. Y en un lenguaje que sin dudarlo retrata su vena poética como su mayor fortaleza. He quedado mudo y asombrado. Como corresponde a un buen tropezón. |