Seis personajes en busca de autor

Una obra de teatro original que se adentra en la mente y la esencia de los personajes como seres que buscan su propio sentido de la existencia.

La versión definitiva de “Seis personajes en busca de autor” fue escrita por Luigi Pirandello en 1925, teniendo como complemento un prefacio en el que el autor nos ofrece una explicación magistral del verdadero significado de esta pieza.

¿Qué ocurriría si los personajes a los que los autores dan vida, se encuentran un día perdidos, olvidados por aquél que los creó? El propio título ya nos adelanta el drama que sufren estos seis individuos fruto de la creación artística. El escritor se presenta así como el creador y el máximo responsable del devenir de los seres a los que ha dotado de acción. Pero, ¿en qué punto serán libres? Una vez alumbrados, ¿no deberían interactuar de manera independiente?

Las fronteras entre realidad e imaginación quedan diluidas cuando durante el ensayo de una obra teatral, irrumpen seis personajes angustiados que buscan a su autor. Seis personajes en búsqueda de su identidad, a los que unos actores pretenden representar usurpando su propia naturaleza. Aunque, pensándolo bien, ¿no representamos todos, en ocasiones, un papel? “Todos nos revestimos de dignidad en la calle, delante de los demás, aunque en nuestro interior bien sabemos lo que de confesable hay en la intimidad”.

Seis personajes que “nacidos vivos, querían vivir”, “criaturas del espíritu del autor”. Todas ellas con una personalidad muy marcada que experimentan sensaciones diversas ante su propia tragedia. Los hay conformistas, rebeldes que no aceptan su condición, inquietos y obsesionados por encontrar el sentido de la vida y a su creador. Y no hay nada más humano que este desasosiego que imprime en el alma dicha sensación de desorientación y soledad.

Destacaría ante todo, la ingeniosa forma que tiene Pirandello de mostrar cómo se lleva a cabo el proceso de creación literaria. Y más concretamente, en relación a la construcción de personajes en torno a la idea de dualidad entre espíritu (o alma) y ciencia (o estado físico/naturaleza), y al conflicto interior provocado por nuestros distintos “yos”.

Por último, me gustaría añadir que, si bien en un principio, la historia parece confusa y desconcertante, a medida que avanza se comprende la intención del autor. Desde mi punto de vista, uno de los mensajes que pretende trasladar Pirandello es que, a veces, nos obsesionamos por la trama, por hechos superficiales que nos impiden valorar lo que realmente importa.