El despertar de Lázaro

No debo mezclarme con los seres humanos, ya no pertenezco a su especie, soy un híbrido, algo que oscila entre lo que es y lo que no es, entre lo palpable y lo etéreo.

Las noches sin estrellas convocan espíritus maléficos en la soledad de los caminos, y están a mi alrededor, teniendo una red para atraparme. Pero no debo temer; he alternado con ellos en la tumba y me desprecian.

¿Cómo era posible que el mundo siguiera igual después de mi ausencia? Sin embargo, a mi regreso los hombres y las cosas ocupaban el mismo sitio. Nada había desaparecido, sólo desaparecí yo del mundo de los vivos; sentí rabia por no haber significado nada, absolutamente nada en el universo

¿Qué puedo hacer para detener esta locura? Imposible retroceder en el tiempo hasta una niñez en que no sospechaba el horror del crecimiento.

No sé si la esperanza es un don que pertenece al niño o al joven, o si puede permanecer con nosotros hasta la muerte. He conocido ancianos de ideas ardientes que crean universos de la nada; los he visto emocionarse con la lectura de una carta.