Betibú

Quería empezar 2023 con una lectura de la señora Piñeiro porque sabía que me iba a enganchar sí o sí. Elegí betibú de entre todas sus novelas que no he leído porque el nombre me gustó. betibú, una castellanización o españolización, si se me permite la expresión, de Betty Boop, la muñequita de cabeza y ojos grandes que, como Hello Kitty, tiene épocas en las que pasa por un boom y la vemos hasta en la sopa, y otras en las que se apaga un poco. Un icono de la cultura pop que todo mundo ha visto alguna vez. Y nuestra protagonista, Nurit Iscar, es apodada así, betibú.

Un asesinato en uno de esos fraccionamientos ricachones a las afueras de Buenos Aires, traerá a la memoria otro asesinato acaecido en esa misma propiedad tiempo atrás. Nurit Iscar, novelista a punto de tirar la toalla, es invitada por un viejo conocido a escribir una crónica sobre el suceso. El pibe de policiales, un periodista joven e inexperto, deberá trabajar junto a betibú, y a ellos se unirá el antiguo titular de la sección de policiales, Jaime Brena, viejo lobo de mar en eso de investigar crímenes.

Claudia Piñeiro atrapa, pero no tanto por lo que cuenta, sino por el cómo. Lo del crimen está bien, es emocionante, aunque su resolución está un poco deslucida. Lo bonito, la sustancia de esta historia, es la esencia de sus personajes, lo que dicen, piensan y sienten. La soledad que los rodea y la conexión que logran mientras se van conociendo. betibú es una novela con tientes policiacos, pero también es otra cosa.

betibú es una reflexión (y un jalón de orejas) sobre el papel del periodismo a lo largo de la historia moderna. Es una crítica a esa división ridícula entre los que más tienen y los que no tienen nada. También pone el dedo sobre la impunidad, la corrupción y la información al servicio de los intereses que mejor paguen. Pero es también la historia de unas personas que se siguen buscando a sí mismas, a pesar de los años y de lo vivido.

Los lectores sentiremos los miedos, la incertidumbre, los vacíos, todo el espectro emocional que nos proporcionarán los personajes.

No andamos por la vida resolviendo crímenes como ellos (supongo), pero hemos experimentado rupturas, hemos estado en ese punto en el que la vida da un giro grande y hay que pegar poquito a poco los cachitos rotos y volver a empezar. Todos nos hemos sorprendido de nosotros mismos cuando la vida nos ha puesto a prueba, y no hablo de lanzarse en ala delta o escalar montañas, sino de cosas cotidianas pero mucho más significativas.

Qué buena es Claudia Piñeiro para abrirnos la puerta de las mentes y los corazones de sus personajes. Hay una sutileza y una claridad que estremecen. Yo invito a todo el mundo a acercarse a la obra de esta autora y checar si hay algo en ella que haga clic con ustedes.

Ya me contarán.