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Un mar oscuro, el 18º libro de Monk, me ha parecido uno de sus casos más interesantes y me ha encantado el modo en el que Anne Perry ha desarrollado la trama con la fantástica tropa que acompaña siempre al inspector de la Policía Fluvial. En las dos anteriores novelas, la autora británica sobre todo me había tenido con el corazón encogido por la corta edad de las víctimas, y los horrendos sufrimientos que les hizo padecer, mientras en Un mar oscuro he estado en ascuas y, en la mayor parte del texto, me he encontrado más perdida de lo habitual al intentar desvelar la verdad que escondían los sucesos descritos en sus páginas. En las cuales, se encierra también una pequeña lección de Historia que no resta ritmo a la narración. Al igual que ocurre con los libros de Thomas Pitt, un universo coral de personajes puebla las novelas de Monk y, es tal su relevancia, que supone una de sus señas de identidad. En mi opinión, en las historias de Monk hay dos grandes coprotagonistas: el inspector y Rathbone. de hecho, la importancia del abogado sigue en aumento y, especialmente, en esta ocasión, verlo en el tribunal ha sido todavía más espectacular. Desde luego, Anne Perry te sorprende con cada giro argumental y me ha dejado con unas ganas locas de hacerme con Justicia ciega, la siguiente novela de Monk. |
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