Nos encontramos con una historia en la que dos jóvenes se hacen amigos por accidente (literal). Julio es el típico chico callado, que presta atención en clase y que no tiene relaciones amistosas en el instituto. Vive con su numerosa familia y no se avergüenza para nada de su hobby. Es un chico con bastante carácter. Marcos es uno de los populares, un jugador de fútbol. El típico que en vez de ayudar, solo mira para otro lado. Se pasa solo la mayoría del tiempo y nunca ha compartido su otro pasatiempo preferido. Es muchísimo más inseguro de lo que nos podríamos esperar, siempre pensando que en realidad no tiene valor como persona 💔 Un día en el que su grupito se mete con Julio, este estalla, pillando cerca a Marcos, y por lo que terminará en urgencias. El pelirrojo no está acostumbrado a actuar de tal manera, por lo que se arrepiente de sus actos y se disculpa con él. Y desde este momento, algo entre ellos vibra. Puede que sea que al final se parecen más de lo que creen, o por el amor en común que tienen por escribir. Al final, su relación se estrechará entre confesiones y letras, y terminan formando algo muy bonito. Son personajes en los que me he visto reflejada. La adolescencia no es una etapa para nada fácil, y ver la cantidad y la magnitud de sus inseguridades me ha recordado a mi yo de hace unos años. William escribe de una manera muy poética y metafórica, y me ha parecido que sabía transmitir muy bien todas las emociones de este par. Aunque creo que en algún momento ha pecado de querer expresar con alguna palabreja un poco enrevesada. Si el autor llegara a publicar alguna vez una novela de más palabras, creo que sería una experiencia muy interesante. 3'7🌟 + Leer más |