Una novela gráfica extraña, incómoda en la parte gráfica porque el dibujo es tan roto que a veces cuesta pillar la secuencia. Si consigues superar este escollo, acaba gustando. Mala baba que recuerda al mejor Lovecraft, muchos personajes que, poco a poco, te acaban ganando y una historia que te obliga a entender que muchas veces el monstruo está dentro, aunque el mundo se empeñe en hacérnoslo ver fuera. Me ha gustado más de lo que creía que me iba a gustar cuando la llevaba por la mitad. |