La casa entre los cactus

Melissa se desliza entre las sombras del desierto para hablar con sus cactus. Recorta ojos de las revistas de moda para dotar de vida a las piedras que recoge en el desierto. Su desierto: rocas y cactus, atardeceres morados y flores blancas. No creo que Melissa espere respuestas. Ella lo que necesita es preguntar. Entender por qué lo que tiene no le parece suficiente. Por qué anhela otras voces con las que dialogar.
El aislamiento puede ser una bendición o una condena; es arriesgado conformarse con lo único conocido casi tanto como sobrevalorar la otra realidad.
El polvo del desierto anuncia la llegada de los intrusos. de lo que no avisa es del despertar de la conciencia y de la verdad.