Días de fiesta

Este libro reúne nueve historias cortas, de distintas situaciones amargas. Entre ellas tienen dos puntos en común: el amor por los animales y cómo nuestra mente acude a sucesos pasados (infancia, adolescencia...) en situaciones límite.

En la primera historia, acompañamos a la protagonista durante los últimos hálitos de vida de su compañera de vida, una perra llamada Sheba. El veterinario no puede hacer nada por ella y tienen que sedarla. La mujer no puede creérselo y decide rascar todo el tiempo que puede con su compañera, pero Sheba está sufriendo por su enfermedad. Así que viviremos la pérdida y el dolor de la protagonista hasta que llega el momento final de la inyección.

El segundo relato lo protagoniza Werner, de repente se da cuenta de que su edificio está en llamas. No hay salida y el fuego cada vez lo tiene más cerca, el humo le impide ver y respirar. Consigue encontrar a su gata y la ayuda a respirar. Hasta que no le queda más remedio que saltar.

El siguiente habla de una mujer con cáncer de mama. Se lo detectan en una fase muy avanzada y no hay nada que hacer. Todos sus amigos, familiares e hijas saben que le queda poco tiempo. Y ella vive sus últimos instantes desesperada, con dolor y angustia. Ella quiere vivir y, a la vez, que acabe todo cuanto antes.

Todos acaban recurriendo a momentos felices del pasado, antes de tomar una decisión que será un punto de inflexión en sus vidas.

No os desvelaré el resto de historias para no desmenuzar en demasía el libro, no llega a trescientas páginas y las historias suelen ser breves, excepto dos o tres que son un poco más extensas (en especial 'Días de fiesta').

La autora en pocas páginas consigue transmitir la desesperación, miedo, amor y nostalgia de los protagonistas. Cómo toman decisiones en situaciones límites, sin poder acudir a nadie. Por ejemplo Werner tiene que decidir si quedarse en su piso en llamas o saltar desde gran altura, antes de tomar la decisión su mente viaja al pasado, a su familia, amigos y pareja.

No es una lectura fácil porque todas las situaciones que narra la autora son amargas, pero merece la pena leerlo.

Conocí a la autora con "Los chicos de mi juventud". Lo disfruté desde la primera línea . Imaginaba que este me iba a gustar pero iba con un poco de respeto porque a veces busco igual intensidad en la segunda obra de un escritor que me gusta y a veces no la encuentro.
No ha sido este el caso. Me ha gustado muchísimo más que el anterior. Muchísimo más.

A pesar o quizá por todo el dolor y sufrimiento que transmite. al ver esa belleza de portada y ese título pensé en alegría y felicidad.
Pues de eso nada. Ni alegría ni felicidad. Ya desde el primer relato se siente el dolor, el sufrimiento y la desolación a través de momentos de unas vidas marcadas por la pérdida o la enfermedad pero también se siente la fortaleza que lleva a seguir luchando y no dejarse arrastrar por las dificultades.

Nueve textos contundentes y desgarradores tan bellamente escritos como dolorosos en los que narra la vida cotidiana de manera magistral.
Mis favoritos son Werner, Cherie y Días de fiesta. Quizá los más duros y los que más me han hecho sentir la angustia, el miedo, el dolor o el sufrimiento.


Termino el libro pendando qué maravilla poder transmitir tanto y tan bien.
Cierro el libro y me quedo un rato pensando en cuanto se sufre en la vida. Leer estos textos me hace darme cuenta de la brevedad de la misma,de que hay que disfrutar el momento porque no hay nada seguro, porque todo puede cambiar en un instante.
Pienso en el dolor y en la desesperacion que estos textos me han transmitido(a pesar de leerlos despacio, he tenido que parar a respirar al finalizar alguno) y pienso también lo importante que es la amistad y el cariño de los seres queridos en los momentos más difíciles.

Como siempre os digo los relatos los leo poco a poco. Estos hay que dosificarlos aún más. Muchos más. Son espectaculares. Lo que cuentan y la prosa de Beard tan sensible y tan empática con el sufrimiento hace que los paladees y no quieres que se terminen a pesar de leerlos con el alma encogida y el corazón roto.

Leedlo y ya me contáis.

Nota para mí : qué difícil es la vida a veces y cuanto se sufre, pero hay que vivirla, celebrarla y disfrutarla porque tiene momentos maravillosos y a esos son a los que tenemos que aferrarnos.
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