Acá todavía

soy el pasado remoto de alguien y también su porvenir.

Pienso que probablemente nunca se llegue a conocer realmente a nadie” “no te conozco, ergo no pretendo entenderte, ergo te recibo tal como sos con lo que me ofrecés.

Siempre duele que alguien muera, ¿por qué? ¿Porque se quería ms? Más de uno, más de sí mismo, más del otro en el mundo, más; donde todo se convierte entonces en una cuestión de cantidad.

La perfección no es posible más que en el instante.

Pobre el vínculo de pareja, tan cargado que está. Lo más difícli es descubrir, desentrañar, qué de esp le sienta bien a uno, qué está a la medida de uno, y si no crear esa medida, inventarla, la (esa) propia medida.

ella tenía la costumbre de, tanto en Navidad como en su cumpleaños, dejar algún regalo sin abrir. En cada ocasión guardaba algún paquete en su armario, para tener siempre un regalo, con esa aura con que revisten al regalo la sorpresa y la potencialidad.

¿Hay una estación más adecuada para morir?
O, más bien: ¿hay una estación más adecuada para que alguien muera, para atravesar la muerte de alguien, a saber, despedirlo, velarlo, cremarlo, enterrarlo, hacerse a la idea y continuar? ¿Hay un momento del año, una época, una estación más adecuada, más apropiada para sobreponerse, para emprender la sobreposición de la muerte de alguien, alguien que uno quería mucho y que estaba ahí y que era o fue durante bastante tiempo parte del paisaje?