Nunca serás agua

Nick es fisioterapeuta, en el Delorce Medical Center de Springfield, mantiene una relación sin compromiso con una colega, se limita al contacto telefónico con sus padres y solo parece desconectar del trabajo con un amigo cuando juega al beisbol. Pero la vida de Nick es mucho más compleja de lo que podría parecer a simple vista.
Megan es bombera, en la 52 de Chicago, ha roto con su novio, que además es su jefe, necesita a su familia tanto como respirar, al igual que ellos a ella y es fan incondicional de los White Sox. Pero un accidente y sus graves secuelas amenazan con arruinar la vida que ama.
Nick por azar tiene que encargarse de la recuperación de Megan, aunque no sabe si será capaz de aguantarla.
Megan tiene que ponerse en manos de Nick si quiere recuperarse, aunque no soporta las directrices que este marca.
Y es durante ese tira y afloja cuando la incomodidad, dará paso a otro tipo de tensión, que les hará no dejar de pensar el uno en el otro. Pasando de no soportarse a desear conocer todo del otro. Y en ese viaje hacia el conocimiento mutuo, descubriremos si son realmente lo que parecen ser, o esconden mucho más de lo que muestran.
Este libro no es solo una historia donde el romance es el protagonista, es un libro de superación, donde no cabe el darse por vencido. Donde se tratan el abordaje de los traumas desde todos los ángulos posibles, la rehabilitación, la medicación y la terapia psicológica.
Primer libro que leo de Patricia A. Miller y me ha gustado mucho, por lo que no será el único.