Emilia hace una foto de los pazos raquíticos de la Galicia de mediados del S. XIX. Caricaturiza a personajes típicos de esa época, nobles venidos a menos, sacerdotes que dirigen bajo cuerda, corrupciones políticas, y misoginia, mucha misoginia. A pesar del castellano antiguo se lee bastante bien, la prosa de Emilia es envolvente, con sus descripciones ves y sientes aquellas tierras, hueles los pazos, y conoces a los personajes con todas sus virtudes y, sobretodo, sus defectos. Me queda seguir por “La madre naturaleza”, así que pronto volveré a encontrarme con Doña Emilia, una grande de la literatura española, ¿nuestra Brönte? |