La madre naturaleza

Esta es la continuación de Los pazos de Ulloa, por eso si no habéis leído la primera parte quizás será mejor que no leáis esta reseña ya que se podrían intuir aspectos que suceden en ella, aunque intentaré contar muy poco.

En el mismo paraje donde Emilia Pardo Bazán nos dejó se cierne de nuevo la tragedia con la llegada de Gabriel, hermano de doña Marcelina, que viene a reclamar la tutela y el matrimonio de su sobrina unos años después.

Igual que en Los Pazos, la naturaleza toma protagonismo para entrar a formar parte de la vida de Manuela y Perucho ya adolescentes. Una forma de vida sin domesticar, indomable, sin leyes ni límites, sin control, pero a la vez como fuente de aprendizaje, como lugar protector que como una madre salvaguarda a sus criaturas. Y en esa condición, al margen de la ley, alejada de la razón y de Dios, donde el instinto natural, el amor puro y la inocencia rigen los actos, Gabriel Pardo quiere rescatar a su sobrina para enderezarla. Porque una señorita como Manuela no puede abandonarse a los instintos que dicta la madre naturaleza, en contra de la sociedad, la razón, la religión y las costumbres.

La naturaleza será protagonista en las minuciosas descripciones que como si de un lienzo se tratara, la autora irá pincelando. Esas serán en algunos párrafos tan abundantes que incluso romperán el ritmo de la historia y podrán resultar algo tediosas. Pero nos pintaran una ambientación excelente y un cuadro costumbrista del campo en la Galicia de los últimos años del S-XIX magnífico.

Igual que en Los Pazos, La madre naturaleza está llena de detalles, matices y sutilezas que harán de su lectura una labor de descubrimiento de aspectos que a primera vista estaban ocultos y poco a poco se irán asomando a la luz. Una construcción de la historia donde Emilia Pardo Bazán demuestra su inteligencia y consigue hacer una segunda parte muy buena. Con unos personajes que, aunque a la mayoría ya los conocíamos, habrán crecido y evolucionado, y nos sorprenderán hasta el último momento.

Un clásico muy recomendable, si ya habéis leído la primera parte, que para mí ha conseguido superar a Los Pazos en algunos aspectos y con una historia muy interesante que ha colmado todas mis expectativas.