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Tras la visita a la consulta de su mejor amigo John la vida de Aurora cambia por completo. Las noticias no son buenas, le acaban de diagnosticar la misma enfermedad hereditaria por la que pasó su madre y sabe que su vida tiene una fecha tope. A eso hay que sumarle que al llegar a casa descubre que su novio le ha sido infiel y se le cae el mundo a los pies y empieza a pensar que su vida ya no tiene sentido, al menos no como la había imaginado hasta el momento. A la mañana siguiente necesita despejarse y se acerca a la playa a pintar. Mientras está en su mundo se le acerca una niña pequeña que le dice que no esté triste. Tras hablar un poco con ella van en busca de su padre. Aurora empieza a sentir mariposas en el estómago nada más verlo y será junto a él, Narel, un guardafauna marino australiano, y su hija Sam con quien decida pasar los últimos días de su vida hasta que su enfermedad la consuma. Narel hace que los días de Aurora sean especiales y que consiga superar sus miedos a través de mensajes que la autora no solo quiere que el lector lea, si no que también sea consciente de los actos y las decisiones que tomamos y que nosotros podemos ser el cambio para tener un mundo mejor, en el que los animales no tengan que sufrir por nuestros actos ni por nuestra inconsciencia. Es una novela no solo con una gran historia de amor, si no con un gran mensaje social y una gran crítica hacia nosotros mismos. Además, contamos también con la historia de superación de la protagonista a su enfermedad. A pesar de ello el final es demasiado previsible, se debería haber llegado hasta el final y no haberlo terminado de esta forma ya que se convierte en una novela romántica más con el mismo final que el resto. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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