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Ari ha terminado el instituto y quiere un cambio radical en su vida. Tiene pensado dejar la panadería de su familia y mudarse con sus amigos a la gran ciudad para dedicarse a su grupo de música. Pero para ello tendrá que encontrar a alguien que le pueda sustituir en la panadería. Es en estas circunstancias en las que aparecerá Héctor en su vida. Alguien que va a adorar la panadería, todo lo contrario que le sucede a él. Entre ellos desde el principio surge una gran química a pesar de sus diferencias. ¿Podrá el amor llegar a aflorar? En esta novela gráfica lo que más destaca para mí es la edición de la misma. Los tonos azules empleados reflejan totalmente lo que la historia quiere contarnos. Un amor de verano, por lo que es todo un acierto. La historia tiene un corte de novela juvenil. A pesar de que me ha parecido bastante bonita, creo que se queda muy en la superficie. Se podría haber profundizado un poco más, es demasiado sencilla. Se centra principalmente en los dos protagonistas, Ari y Héctor. Los personajes secundarios tienen un papel poco relevante. Uno de los problemas con los que yo me he encontrado ha sido con el personaje de Ari. Me ha sido imposible poder empatizar con él, algo que yo suelo buscar en este tipo de historias. Mientras que con Héctor me ha ocurrido todo lo contrario, he conectado con él desde el principio. Ari me ha parecido un personaje muy egoísta, que solo sabe pensar en sí mismo. En ningún momento se plantea siquiera que sus actos pueden tener consecuencias en los demás. En contraposición nos encontramos con Héctor. Es un encanto de chico, siempre pendiente de agradar a todos. Es como un gran osito de peluche al que apetece abrazar. A pesar de que lo he disfrutado y se lee muy rápido, me ha faltado más profundidad en la historia. Y el desenlace creo que ha sido demasiado precipitado. En conclusión, si quieres leer una historia entretenida, sencilla y de fácil lectura, con representación LGTBI, sin dramas. Este cómic es para ti. |
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