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Soy consciente de que lo que voy a decir va a sonar rarísimo, pero me encantan las novelas que giran en torno a la precariedad. Tengo mis motivos y no son pocos: desentrañan la bazofia de sistemas corporativos de las empresas que rigen este país, plasman lo nocivo que es el capitalismo y ya ni hablemos de la maldita costumbre de hacer que te sientas agradecida/o por tener un trabajo (porque siempre habrá alguien que esté peor que tú) a pesar de que las condiciones y el salario son un chiste. Si tienes entre 25 y 40 años, desempeñas un trabajo creativo y estás muy perdida/o en la vida, este es tu libro.

A grandes rasgos, la globalización nos ha aportado muchas cosas buenas, pero luego hay otras que creo que se nos han ido un poco de las manos. En este caso, hablo de las start-ups. Antes que nada, quiero dejar claro que esta es mi opinión personal porque yo hace unos años trabajé en una y leyendo este libro me he visto reflejada en muchos aspectos (y eso que se trata de una historia ficticia).

En «Contenido», Carlo Padial nos abre las puertas de Zenfire, una start-up que se dedica a subir cualquier tipo de contenido a Facebook con la intención de que se viralice. Simple y llanamente. Nuestro protagonista y narrador, Moisés, es un mallorquín que huye a Barcelona con el sueño de empezar una nueva vida. Ha estudiado Comunicación Audiovisual y desde que se le presenta la primera oportunidad de trabajo, la acepta a ciegas. ¿Dónde? Pues en Zenfire. A partir de ahí, conocemos todas las locuras que ocurren en esta empresa y aunque muchas puedan parecer exageradas, ya les digo yo que ocurren en la vida real.

Este libro me ha hecho recordar aquella época en la que, al igual que Moisés, lo único que quería era aportar mi granito de arena al mundo y dedicarme por encima de todo a lo que había estudiado, aunque eso supusiera empezar con condiciones nefastas o en un ambiente laboral muy poco agradable. «Contenido» es una historia ficticia hiperrealista y no solo critica la precariedad que tenemos que aguantar en este país, sino también el mal uso de las redes sociales, la cultura del «clickbait» y cómo los algoritmos se han convertido en los nuevos dioses a los que la gente venera.

Es un libro ameno y que he disfrutado, pero tengo que reconocer que las últimas 90 páginas se me hicieron un poco bola. Me pareció que el tema principal estaba ya bastante masticado y no se le podía sacar más chicha. Aún así, creo que tiene un buen desenlace y repito: realista y cero idílico.

Si quieren leer algo diferente y descubrir cómo funciona el loco mundo de las start-ups, les animo a que le den una oportunidad a este libro.

Si Internet ha derivado en el absurdo, una novela que explique sus entresijos también debe serlo. Esta premisa es lo más interesante de 'Contenido', en la que Carlo Padial retrata la experiencia de un creador de contenido audiovisual en Zenfire, una start-up que viraliza vídeos en Facebook y nadie entiende cómo funciona, mucho menos cómo puede ser rentable.

Como periodista, y creador de contenido aficionado, no me podía llamar más la atención. Pese a su deriva radicalizada y la ausencia de cortafuegos que corten las alas a las mentiras (y como estamos viendo estos días, en realidad, las fomentan y trastornan a quienes se las creen) siempre he sido un gran defensor de Internet. Quizás porque llegó a mi vida muy temprano, cuando era casi un lujo, y me permitió encontrar muchas cosas que faltaban a mi alrededor cuando más las necesitaba.

Con la promesa de una novela delirante sobre el tema, mis expectativas estaban por todo lo alto. No ha conseguido satisfacerlas. He estado leyendo durante 200 páginas que Zenfire es un sitio loco lleno de gente loca donde pasan cosas muy locuelas, pero no he acabado de verlo del todo. Sí, tiene un líder excéntrico y un entorno de gente con grandes ínfulas, pero para mí le ha faltado algo que lo sustentase.

Además, me ha molestado que se vende como la novela más realista sobre este mundo pero incluya diálogos como "si veo una persona con un periódico en papel pienso inmediatamente que es un p*dóf**o".

Lo que sí le concedo es que está escrita de mal manera que incita a continuar la lectura esperando ese próximo giro de guion donde estalle la bomba, y me ha interesado más la trama sentimental del protagonista.

Me da pena no haber conectado, porque solicité el ejemplar a la editorial y la tengo en muy alta estima (es la primera vez que no me gusta un título suyo, por algo será). Si la teníais en vuestro radar y todavía queréis darle la oportunidad, os animo, quizás el problema es que creí ser público objetivo cuando no lo era.