Todas las canciones hablan de ti

Mi relación literaria con Lorena Pacheco dura ya varios años y se está convirtiendo en un compromiso sólido y fiel entre lectora y autora. La casualidad quiso que un verano se me cruzara la portada de su primera novela publicada con Escarlata Ediciones, con una chica poniendo una cara de asco tan convincente que a mí me vendió por completo el libro y no pude resistirme a su humor, a su capacidad para crear personajes reales, cotidianos y muy divertidos, tanto principales como secundarios. Si os interesa saber más sobre su bibliografía publicada, tenéis sus novelas reseñadas enlazadas al final. En esta ocasión, sabía que había cambiado un poco de registro no solo por la extensión de la novela, que no llega a las 200 páginas sino también por el toque de drama realista que augura el argumento. No es que tuviera miedo de que no me fuera a gustar tanto como en sus comedias románticas porque no es el primer drama que leo de la autora, pero sí que tenía cierto reparo en ver cómo se desenvolvía en tan poquitas palabras.
En general es una historia sencilla, que va al grano desde el principio, que no se extiende demasiado en el desarrollo de un trasfondo complejo y que limita la evolución de su protagonista a un único aspecto de su vida, que es el que interesa. Daniela acaba de perder a su hermana pequeña, Paula, la que le daba un aire de aventura a su existencia, con la que tenía planes de futuro, la que aportaba alegría a su familia y la que tomaba la iniciativa en casi todo. Uno de los planes que quedan truncados es un viaje a Edimburgo, para el que Paula había hecho un tour por la ciudad atípico señalando los lugares más pintorescos que no suelen aparecer en las guías turísticas al uso. Tragándose el dolor y el vacío que todavía siente después de meses de duelo, Daniela coge un avión y se planta en Escocia llevando las botas de su hermana para que, en cierto modo, también ella pueda pisar las calles de la ciudad escocesa durante el fin de año, como ambas habían planificado. Ella va siguiendo las instrucciones de su hermana lo mejor que puede pero por eso mismo tampoco la deja ir del todo y es un continuo ejercicio de introspección para el que Lorena ha aprovechado la primera persona del singular, siguiendo la línea de sus anteriores novelas, pero esta vez sacando mejor partido para mostrar sentimientos como la culpabilidad, el duelo por un ser querido, el miedo a seguir adelante…
En este sentido, Daniela es un personaje profundo en sentimientos pero que tiene una sola dimensión en su construcción, y es que está pensada para contarnos solo una pequeña porción de su vida: su pérdida, su dolor y su superación. Para ello aparece en escena el otro personaje principal, Zac, un músico al que se encuentra por casualidad y con el que enseguida congenia dada su particular situación de española por el mundo perdida y desorientada, con todo su significado. Mi sensación en general es que Lorena Pacheco nos ha colado un instalove a fuego lento de una forma muy sutil, que aunque parece complicado, se puede lograr. Los hechos son que esta pareja se conoce y se enamora en apenas unos días, que no llegan ni a una semana, y que tiene como fecha de caducidad el retorno de Daniela a España después de Año Nuevo. El motivo por el que Daniela acude a Edimburgo es porque siente que lo debe a su hermana pero ahora no sabe si ha encontrado otro motivo para quedarse.
Dicho en frío suena precipitado, acelerado y poco desarrollado, pero en el papel la autora se las ha arreglado para que no nos demos cuenta del transcurso de ese breve espacio de tiempo y al final lo que le ha quedado has sido una mezcla entre Posdata: te quiero y Antes del amanecer, una bonita historia de amor incipiente, con diálogos muy atractivos, personajes interesantes que van desvelando poco a poco sus circunstancias y una narración ágil sin apenas descripciones, con muchos datos random frikis. Y todo ello ubicado a lo largo de un recorrido por Edimburgo, por rinconcitos reconocibles y otros menos conocidos, pero que te un buen sabor de boca como toda novela roadtrip (esta, a pequeña escala) y unas ganas locas de viajar. Además, quitando el pequeño aire tristón que sirve como premisa de la historia, el resto de sus páginas están llenos de buenas sensaciones y de un rollo feel good muy sano, con lecciones de vida y situaciones de reflexión.
Para mí, Lorena Pacheco sigue siendo un acierto seguro tanto por la forma de su narración como por el fondo de sus historias. Disfruto mucho leyendo historias sencillas en apariencia que lo que llevan es un complicado trabajo de plasmación de sentimientos y pensamientos detrás. Sin haber pasado por algo ni remotamente parecido a la situación que vive la protagonista, para mí ha sido muy fácil poder comprender lo que siente, lo que piensa y cómo algo así se puede gestionar muy mal o simplemente, gestionar. La narración transcurre rápida a través de frases cortas, sencillas y mucha interacción entre Daniela y Zac, de forma que son prácticamente los únicos que tienen diálogos, quitando algún personaje esporádico que se va encontrando la protagonista. al ser una novela sin muchas pretensiones, el resultado es francamente agradable, una historia bonita y amena y un buen rato de lectura.
En otras palabras, ha sido una lectura muy ligerita ideal para esta época romanticona del año, muy recomendable para leer en una tarde de sofá y manta para dejarnos muy blanditos con una historia emotiva, sencilla y muy fluida. La apuesta está asegurada si lo que queréis es algo para pasar un ratito entretenido o simplemente conocer una nueva autora. Además, esta lectura ha formado parte de una lectura conjunta a través de Twitter, por lo que podéis ver también el resto de opiniones y de reseñas clickando en el hashtag #LCtodaslascancioneshablandeti en esa red social.
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