Casa de sueño y pesadilla

Poder dormir es un privilegio y más que nunca en esta novela de ciencia ficción en la que la sociedad está dividida por el tiempo disponible para hacerlo. La historia nos introduce en futuro más o menos lejano donde la capacidad de dormir ha desaparecido, sin embargo, gracias a un sofisticado sistema que se implanta al nacer, los humanos pueden dormir siempre y cuando tengan tiempo disponible en su cuenta. En este punto es en el que encontramos a nuestra protagonista, Kawachi es una chica que tiene que trabajar para poder tener ese tiempo y a la que, además, se le añade la necesidad de ayudar a su familia. A pesar de tener estudios, no consigue un trabajo acorde, por eso su vida cambiará cuando consiga pasar de Norrem a Rem. Ivo, por su parte, es un ingeniero que se ha tenido que conformar con ser conductor de sueños, su mayor aspiración es un mundo con contadores de TR infinitos, pero de momento se conforma con robar algo de tiempo a los ricos.
De este modo los conocemos y comienza una historia donde una pesadilla juega una mala pasada y cambiará la vida de ambos protagonistas para siempre. Una contrarreloj contra el propio sueño.
La misma moneda
La novela nos muestra, así, dos puntos de vista. Por un lado, tendremos todos los bajos fondos y dificultades de los Norrem con el personaje femenino. Este se nos muestra fuerte, leal y obstinado, a pesar de las dificultades que pueda encontrar en su camino. Por otro lado, tendremos veremos la flor y nata de la vida de los Rem gracias a La Casa y a sus clientes.
No obstante, una de las curiosidades de la obra será que hacia mitad de la narración, los papeles entre personajes se invertirán, Ivo será quién nos enseñe lo más turbio de la sociedad y Kawachi lo más selecto.
Lo interesante de esta perspectiva que ofrece la autora es ver cómo la sociedad se ordena según lo que se espera de nosotros y, más allá de eso, como el hecho de tenerlo todo nos lleva a fabular con nuevos objetos de deseo. Una de las cosas que más me ha llamado la atención y que me ha gustado ha sido cómo se conocen ambos personajes, ya que en esencia el aburrimiento ha jugado un papel esencial para que se lance la trama.
Concreción
Últimamente he tropezado con muchas novelas que sin ser largas son muy densas, así que estoy valorando muy positivamente cuando una obra sabe ir al grano.
Este es el caso de Casa de sueño y pesadilla, sus páginas pasan volando. Los capítulos son cortos y esto favorece mucho la lectura y agiliza el ritmo de la narración. Esto lo consigue la autora con estilo sencillo, directo y dinámico, ya que la breve pausa entre capítulos ayuda a asimilar el acontecimiento importante o conclusión a la que ha llegado el personaje en el corte del capítulo anterior.
Además, sabe manejar muy bien la tensión narrativa y no juega a torturar al lector. Los acontecimiento se suceden de manera clara, sin florituras, pero esto no implica que la trama sea fácil o no tenga su intríngulis, el mundo que ha creado la autora está muy labrado, con un trasfondo muy interesante y con una precisión tecnológica que nos explica, pero no nos dificulta la lectura.
Una grata sorpresa
La verdad es que no sabía que espera bien de esta lectura. Estoy leyendo mucha fantasía últimamente y tenía bastantes ganas de volver a la ciencia ficción y creo que no lo he podido hacer mejor.
La historia intriga desde el minuto uno porque nos ofrece una buena crítica del mundo que nos rodea, a través de la metáfora del tiempo de sueño (¿o no?), unos personajes interesantes, porque podemos identificarnos con la normalidad de una y el idealismo del otro; y un estilo que ameniza lo complejo y da justo en el punto para mantenernos enganchados, cogiendo todos los toques de la ciencia ficción tradicional.
Una lectura que veréis en redes y que os recomiendo encarecidamente. Espero que os animéis con ella.

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