Solo para soñar: Un caso de Philip Marlowe

En California, año 1988, Donald Zinn, un acaudalado hombre de negocios aparece ahogado cerca de su yate, dejando así viuda a su joven mujer.
La compañía aseguradora del difunto ha abonado a la viuda una gran suma de dinero, y por esto, busca al detective Philip Marlowe para que investigue las circunstancias de su muerte.

Philip Marlowe es un personaje de ficción nacido en la década de los años treinta del siglo pasado. Su creador fue Raymond Chandler, que desde 1934 hasta su muerte en 1959 publicó unos siete libros. El relevo lo tomó Robert B. Parker quien en 1989 completó la obra que quedó incompleta por Chandler hasta ahora. Quien ha vuelto a darle voz a Marlowe ha sido el escritor Lawrence Osborne con “Solo para soñar”. Con esta breve biografía de Philip Marlowe podremos ponernos en contexto con su personalidad. Detective al más puro estilo americano, sombrero y gabardina, solitario, paciente y siempre observador.
En “Solo para soñar”, Lawrence Osborne nos presenta a un Marlowe ya jubilado por edad, pero no por vocación. Un Marlowe que sabe donde están los límites de su cuerpo septuagenario. Observador, paciente, nostálgico y por qué no, un poco romántico también. Pero no se corta en plantar batalla si las cosas se presentan negras, y vaya que sí se le presentan. En un par de ocasiones en “Solo para soñar” acaba bastante perjudicado.
Lawrece Osborne le da voz en primera persona a Philip Marlowe. Leer “Solo para soñar” ha sido como si escuchara una radio novela de género negro de 1940 con esa voz ronca consumida por los cigarrillos. Quizá me haya visto influenciada en esto al recordar que Humphrey Borgart lo interpretó en varias ocasiones en la gran pantalla.
Un personaje que me gustaría destacar es Dolores, la viuda de Donald Zinn. Una mujer mucho más joven que su marido, muy bella, de mirada triste, por la que Marlowe se queda colgado. Me ha gustado mucho la curiosa relación que hay entre estos dos.
Lawrece Osborne ha conseguido dar a “Solo para soñar” una buena ambientación ochentera, con una trama que aunque parezca fácil o previsible, esconde sorpresas detrás.
Como el propio autor escribe en sus notas finales, es una hazaña peligrosa el que un escritor se meta en la mente de otro escritor, en este caso de Raymond Chandler, pero más aún en dar voz a un personaje creado por otro escritor. Aquí, Osborne no ha salido nada mal parado. Ha creado un muy digno Philip Marlowe de setenta años pero aún peleón.
Si te gustan las novelas de detectives, con buenos diálogos, personajes a los que una vez leídos vas a recordar por tiempo, y con una trama digna de las películas de gansters, “Solo para soñar” te va a entusiasmar.

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