Julio José Ordovás conoce la ciudad en la que vive. Sabe dónde se refugian del viento las palomas. Imagina a Francisco de Goya con una gorra de béisbol. Afirma que cambiamos de calles cuando cambiamos de pareja, de piso o de trabajo.
Ordovás habla de Zaragoza y nos ofrece un conjunto de páginas que forman parte de lo mejor que se ha escrito sobre esa ciudad, un lugar situado en las orillas del Ebro que conoce el calor sofocante, la niebla y el viento áspero. ... >Voir plus