Una cura para el alma

Nos encontramos a finales del siglo XIX, con unos protagonistas de mundos diferentes; un duque y una doctora, ambos orgullosos y decididos, tienen una tarea común, aunque aparentemente no se soportan.
Me gustan mucho este tipo de historias, románticas, que no empiezan demasiado bien y dónde hay discusiones y encontronazos, donde ninguno quiere dar su brazo a torcer, donde todo parece imposible y las habladurías y costumbres de la alta sociedad tienen mucho peso.
Paige es terca, orgullosa, impertinente, muy luchadora, pero totalmente transparente en sus sentimientos. Max es algo caprichoso, esta amargado en su mundo de apariencias, pero sabe lo que quiere y luchara por ello. Ha sido muy bonito ver la progresión de esta relación, desde la indiferencia, la provocación a la necesidad mutua.
Una historia muy bien ambientada con personajes reales de la época y dónde se ve lo duro que era para las mujeres ser independientes y trabajar. Hay algunos pasajes duros donde se demuestra lo que se tenían que enfrentar como mujeres y médicos en esa época. Esta muy bien tratado todo y los sentimientos de los personajes, sus dudas y miedos, la renuncia incluso a su propia felicidad por proteger al ser querido. El final muy bien resuelto para mi opinión, ya que no tenia fácil arreglo.
Esta contada en tercera persona y centrándose en los acontecimientos del día a día de cada uno de ellos dos desde que se conocen de forma accidental, conocemos algo de sus pasados y situaciones que los atormentan. Los momentos entre ellos son geniales, me habría gustado más dialogos, ver más esa chispa que tienen juntos, ella tan deslenguada y el tan orgulloso habrían dado muchos más momentos inolvidables.
Sin dudas yo he quedado encantada con esta lectura y la recomiendo.